Virtudes Estevan Bonifacio “La Bola”
- 20 marzo, 2023
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Virtudes nació el 01/11/1944, en Villena. Hija de Francisco Estevan Sevilla, más conocido como “El Bolo de Alfalfe” y de Llanos Bonifacio Palazón. Mi madre era la cuarta de seis hermanos: Paca, Nieves, Antonio, Virtudes, Pepa y Manolo. Todos ellos formaban una familia estupenda y alegre. Mis abuelos los criaron con mucho esfuerzo y amor.
Mi madre desde pequeña supo muy bien lo que era trabajar, ya que se subía en el carro con su padre y se iba con él a segar y a vender alfalfe. También se encargaba de ayudar a su madre en las tareas de la casa y muy joven empezó a trabajar en la fábrica de zapatos de Flor. Todos estos hechos marcaron, sin darse cuenta su personalidad, convirtiéndose en una mujer luchadora, trabajadora y valiente.
Gran parte de las anécdotas y vivencias que contaba siempre mi madre eran de su juventud, de las trastadas que hacían en su casa; de como movían la Mahoma para dar sustos, cuando mi abuelo número uno de los Moros Viejos se la llevaba a su casa; o de cuando se iban las amigas y se colaban en el primer edificio con ascensor. No tenía fin, le encantaba contarnos sus vivencias con su tono de voz fuerte y alegre y su peculiar risa a carcajadas.
Por el año 1962 conoció al que ha sido el gran amor de su vida, mi padre. Se casaron el 17/09/1969 y han compartido toda la vida juntos. Es la más bonita historia de amor que yo he conocido. El secreto de tantos años de unión ha sido el respeto mutuo, el amor sincero y la entrega sin limites y sin condiciones. Han sido muy afortunados porque han tenido una vida plena y han sabido supera las dificultades que la vida, a veces, trae.
Cuando se casaron mis padres se fueron a vivir con mis abuelos paternos, José Antonio y Encarnación, y mi madre tuvo siempre una excelente relación con ellos. Los quiso y los cuidó con mucho cariño, porque mi madre era una persona muy especial, sensible, con un gran corazón y en cada paso ha demostrado su valía y su bondad. También cuidó con mucho amor a sus padres y a sus hermanos cuando lo han necesitado porque si alguien tenía un problema, ella tenía una capacidad asombrosa de empatizar y hacer lo que fuera necesario para ayudar a solucionar cualquier situación. Era una persona muy familiar, generosa y se entregaba a todas las personas que se acercaban a ella, mujer alegre y muy presumida, le encantaban los perfumes, disfrutaba arreglándose y le gustaba salir a desayunar.
Mis hermanos y yo hemos sido unos privilegiados, una y mil veces que naciéramos, te elegiríamos como madre. Nos has criado con mucho amor, nos ha dado a cada uno lo que hemos necesitado, has marcado nuestro camino y nos has enseñado a ser buenas personas, ¡qué bien nos has criado mamá!. Conforme fue creciendo la familia, tú supiste darle a cada uno su lugar.
Fiel amiga has sido siempre, porque tu amistad sincera te ha llevado a conservar amigas toda la vida.
Orgullosa abuela de tus seis nietos, Llanos, Adriana, Victoria, Minerva, Rodrigo y Carlos. Exageradamente generosa, todo te parecía poco para ellos. Van a recordar siempre las deliciosas paellas que les hacías en el campo, los veranos en los Cabezos y en Campello. Pero sobre todo van a recordar el resto de su vida la abuela tan buena y cariñosa que han tenido.
Mujer alegre, amante de nuestras fiestas, disfrutabas sentándote con toda su familia en la puerta del Georgia a ver los desfiles de Moros y Cristianos. Cuando pasemos por allí ya nada volverá a ser como antes.
Rociera de toda vida, desde los inicios de la hermandad, rociera de sentimiento, de las de verdad. Nos contagiaste tu amor por el Rocío y fuiste premiada en el 2019 como la Mejor Romera a Pie. Tu medalla y el Simpecado de la hermandad te acompañaron en tu último adiós.
Madre buena, de corazón noble y honrado y alma brillante vas a seguir guiando siempre nuestro camino, tu amor es tan puro y bueno que nos dejaste llenos de ti, de tu esencia. El suave olor de tus besos y tu fina piel nos van a acompañar siempre. Te fuiste igual que nuestro padre, rodeada de todos nosotros con mucho amor y de nuestra mano. No sabíamos que había llegado el día , pero tu amor te estaba esperando y tú que has sido la más valiente, la más luchadora, nos has dado la mayor lección de vida que se puede dar. Afrontaste y ganaste muchas batallas, pero el día 5 de noviembre, cuando murió tu gran amor, tú te rendiste. Aunque sabemos lo mucho que nos quieres, pero tu vida se desvaneció y no pudiste superar la tristeza de ya no estar con tu Alfonso, con tu marido, con tu compañero de vida, el que te cuidó con tanto amor. Porque de amor también se muere.
Estamos orgullosos de ser vuestros hijos, vuestra familia, el barco se ha quedado sin capitán, pero estad tranquilos porque no vamos a ir a la deriva. La tripulación tan unida como siempre sigue remando en una misma dirección y unidos en nuestro dolor y llorando vuestra ausencia, gritamos a los cuatro vientos que os amamos, que habéis sido los mejores padres del mundo y que estamos agradecidos y felices de haberos tenido toda la vida con nosotros.
Quedan en el corazón todos los buenos momentos vividos y vuestro recuerdo nos va a acompañar toda la vida.
Papá te fuiste entre flores, dando la vuelta al ruedo como los grandes toreros y con tu canción preferida “Suspiros de España” y tú, mamá, te fuiste entre flores y salve rociera escoltándote el Simpecado de la Virgen del Rocío. Os fuisteis rodeados de vuestra familia y amigos, solo me queda decir que “gloria bendita para mis padres”, seguiremos brindando por una piña y sus piñoncitos, siempre unidos como vosotros nos habéis enseñado.
Agradecemos de todo corazón el apoyo, el ánimo y el cariño de todos los familiares, amigos y conocidos que todos los días recuerdan y honran a nuestros padres con sus palabras por haber sido tan buenas personas en esta vida. Gracias.
Con mucho amor vuestra familia.