Villena restaura el reloj de la torre de Santa María

El Ayuntamiento de Villena ha restaurado el reloj de la torre de Santa María. Han sido nueve meses de trabajo minucioso en el que se han invertido 13.000 euros. El responsable de la empresa encargada de la restauración y mantenimiento, Vicente Tomás, ha señalado que “se ha desmontado por completo para comprobar los rodamientos y sustituir todas las piezas dañadas, algunas de ellas se han hecho a medida. Además se ha limpiado integralmente el mecanismo con chorro de arena. El péndulo y algunos engranajes de bronce se habían roto”. 

Así, y coincidiendo con las Fiestas del Medievo, los visitantes podrán ver una de las cuatro esferas del reloj en la ermita de San José.  Una oportunidad única, porque una vez se instalen las cuatro esferas en la torre será difícil estar tan cerca de las mismas y comprobar sus dimensiones.

Tal y como ha comentado la concejala de Servicios, Maite Gandía, antes de colocar el reloj- con un peso superior a los 200 kilos- es necesario reforzar el forjado de la torre, para que también los ciudadanos puedan visitar esta zona del campanario. Unos trabajos en los que el Ayuntamiento invertirá unos 20.000 euros y que se estima que finalizarán en verano. “Ahora vamos a licitar las obras para que pueda ponerse en marcha lo antes posible”.

El reloj de la torre de la iglesia de Santa María es de propiedad municipal. Se trata de una pieza del maestro relojero, Antonio Canseco, de 1888, fecha en la que se derribó la Torre del Reloj, conocida como Torre del Orejón. En ese momento, el ayuntamiento hizo construir una puerta nueva a pie de calle para instalar el reloj

El presidente de la Asociación de la ermita de San José, Antonio Gómez, ha insistido en la labor de recuperación y mantenimiento del patrimonio local que lleva a cabo la asociación. Así, ha indicado que solicitaron al Ayuntamiento la reparación del reloj porque este tipo de relojes, “con un buen mantenimiento podemos tenerlo operativo 200 años más, ya que hemos comprobado que los nuevos relojes electrónicos, como es el caso de Santiago, tienen una durabilidad de unos 20 años”.