Villena baraja ampliar la red de sensores olfatométricos en la ciudad
- 23 enero, 2017
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El Ayuntamiento de Villena baraja ampliar la red de sensores olfatométricos, según adelantó el concejal de Medio Ambiente, José Tomás Molina, así como monitorizar los problemas de olores procedentes de las plantas de residuos ubicadas en el término municipal.
Después de un año de trabajo se ha finalizado el proyecto «Diagnóstico de Olores» en el que han colaborado más de ciento setenta voluntarios en la obtención de datos. El concejal de Medio Ambiente, señaló que la iniciativa ha sido muy positiva, «puesto que en el último año los problemas de mal olor han disminuido en la población», aseguró. Asimismo, indicó que durante este año la planta de residuos sólidos urbanos gestionada por Vaersa ha llevado a cabo modificaciones en los cerramientos de la planta para minimizar los olores. Molina señaló que en breve se reunirán con el gerente de Vaersa, Vicent García para conocer si tienen previsto llevar a cabo alguna otra modificación en la planta de residuos ubicada en el término municipal.
El próximo miércoles, 25 de enero a las 19 horas en el Centro de Mayores ubicado en la plaza El Rollo se expondrán las conclusiones del «Diagnóstico de olores», una iniciativa que se puso en marcha hace un año, con el objetivo de determinar la procedencia de los picos de olor en la población, y en el que han participado diversas asociaciones locales-APADIS, Comerciantes, Plataforma Animalista, Entidad de conservación del Polígono Industrial El Rubial, ESIPA, asociación de vecinos Avenida Constitución- Plaza de Toros, el foro cultural El Salicornio, el Centro Excursionista Villena, la asociación Nuestra Señora de las Virtudes, la federación de asociaciones de vecinos y la asociación de jubilados y pensionistas-con voluntarios que ponían en conocimiento las incidencias detectadas de mal olor. «Tras este proceso, ahora se darán a conocer los resultados avalados por especialistas, por lo que invitamos a la ciudadanía a que asista a la reunión, por la importancia del tema», afirmó José Sánchez, uno de los voluntarios del proyecto.
«Las personas que hemos participado en esta iniciativa estamos preocupados porque queremos que se ofrezca una solución a los problemas de olores que padece la población», explicó otro de los voluntarios, Juan Francés
En marzo del año pasado el Ayuntamiento iniciaba el estudio de impacto de los olores en la ciudad, encaminado a detectar la procedencia de los malos olores que padece la población y su relación con los ciclos climáticos anuales con el objetivo de que se revise la licencia ambiental de las dos plantas de residuos de la ciudad. El estudio estaba valorado en unos 30.000 euros, de los que el Consistorio invirtió 20.000 euros en la adquisición de sensores oloríficos.