Por una pista de atletismo para Villena
- 9 diciembre, 2016
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Cuarenta líneas llevaba ya escritas de un «tochazo» de artículo sobre la necesidad de invertir en la ciudad; de que Villena despegase de una vez por todas después de años de austeridad, de economía de guerra o de emergencia -como lo llaman quienes saben de esto-; de que es necesario que nuestros gobernantes – tanto del ejecutivo como de la oposición- amplíen su altura de miras para reinventar a esta vieja ciudad llena de talento joven. Palabras escritas desde el cerebro y no desde el corazón, de donde parte este nuevo artículo.
Cuarenta líneas que deseché para sumarme a una reivindicación que, treinta años después, sigue viva porque ningún gobernante ha sido capaz de hincarle el diente. Políticos locales y provinciales han mirado a otro lado antes de adaptar la pista de atletismo de arena y las instalaciones dedicadas a este deporte a los nuevos tiempos. Treinta años desde que se construyó con 50 metros de cuerda menos, sigue ahí soportando las pisadas de los miles de atletas que la han utilizado. Trescientos cincuenta metros de longitud, los suficientes para correr pero cortos para albergar campeonatos. Me sumo a la recogida de firmas que hace años ya inició el club Atletismo Promesas y que se mantiene porque ningún concejal y cuando digo ninguno -me refiero a todos los que han pasado por la concejalía de Deportes- ha sido capaz de dar respuesta a la reivindicación.
Me sumo a ella, a pesar de que como muchos que desconocemos los entresijos de esta disciplina deportiva, no llegamos a comprender las deficiencias que posee la pista local;total para correr y para entrenar, «bien está». Pero, sólo hay que hablar con alguno de los atletas locales para darse cuenta de los obstáculos que presenta para quienes acuden a campeonatos y de lo poco que les conviene a las legiones de niños que practican y han practicado este deporte. Situación que contamos hace unos días en nuestro periódico digital www.portada.info. Una defensa que les sorprenderá a quienes me han escuchado, en más de una ocasión, responder que «correr es cosa de cobardes y de malos toreros». Unas palabras dichas por envidia insana ante deportistas tan disciplinados para iniciar una carrera a ninguna parte sólo por el placer de sentir el aire frenando en su rostro, de que las endorfinas recorran cada uno de músculos o simplemente para poner a su corazón a prueba. Un kilómetro más, una pulsación arriba, un paso para llegar a la meta o una maratón por empezar. Quizás porque en esa frase vaya encubierta la más profunda admiración a quienes son capaces de escalar montañas y descender con sólo un par de zapatillas en sus pies, sin miedo a que la pendiente les puede jugar una mala pasada.
El apoyo a la consecución de una pista de atletismo en condiciones ha nacido del escaso conocimiento que me ha proporcionado mi repentina cercanía al Club, más por ser madre de uno de ellos que por una renovada afición a enfundarme las mallas que, francamente, no existe. Un respaldo porque el Promesas se encuentra en el imaginario colectivo de la ciudad. Únicamente hace falta decir su nombre para saber que en Villena hablamos de Atletismo. Quien no tiene a alguien cerca que se haya calzado sus zapatillas de clavos o haya llevado en su camiseta al lado del nombre de club el de Villena. Orgullosos de sus logros como villeneros hemos sido capaces de nombrar a uno de ellos, Gema Barrachina, pregonera de la ciudad por ser una de las embajadoras de la ciudad y al mismo tiempo, incompetentes de darle la herramienta a ella y a todos sus compañeros para llegar a los más alto.
Escuché al conseller de Economía, Rafael Climent decir que «la austeridad en la inversión nos condena a jugar en Segunda División» hablaba de otro tema menos lúdico, pero me viene al pelo para subrayar que es un desprecio dejar que se escape el talento como le está sucediendo al club y al mismo tiempo a Villena. Un lástima que jóvenes que despuntan se enfunden otras camisetas porque en Villena no existen las infraestructuras necesarias para preparar un campeonato o para saltar longitud. Una pena que un club con cerca de cien atletas en «nómina» esté pendiente de las prioridades de los gobernante durante treinta años. Quizás sea el momento de invertir en Deporte, algo que mueve a Villena. Porque la saturación del polideportivo municipal no sólo frena a Promesas sino a los centenares de chavales que practican decenas de disciplinas deportivas. Niños y algunos que dejaron la infancia hace años utilizan de forma intensiva por sus pistas de fútbol, padel o patinaje cada día de la semana. Porque el voluntarismo, el empecinamiento y talento ha procurado que los resultados de los equipos, de los deportista que llevan en sus camisetas nombres como el Promesas, el V-74 o el Villena y otros muchos sean exitosos por lo menos en eso de que «lo importante es participar». Quizás es hora de practicar la altura de miras y empezar a idear nuevas infraestructuras deportivas en la otra punta de la ciudad. Quizás es el momento de echarles algo más que un cable para nuestros club sigan siendo de Primera.Y quizás sea una buena propuesta comenzar con la pista de atletismo.