Un viaje redondo, Ciencia y turismo

  • 12 marzo, 2009
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Del 4 al 7 de marzo, 12 alumnos del instituto Hermanos Amorós, junto con las profesoras, Virtudes Maciá y Bienve Sánchez, se desplazaron a Ginebra para visitar el CERN y la sede de la ONU, una experiencia que todos califican de inolvidable. También ha quedado impresionados por la ciudad, Ginebra, a la que califican de pequeña, limpia, de gente amable y con un transporte público excepcional.

El día 5 alumnos y profesoras visitaron  el CERN. Allí fueron recibidos por un joven físico valenciano, Carlos Solans, que está haciendo el doctorado.

Él era el contacto a través de la  Facultad de Físicas de la Universidad de Valencia (un profesor de dicha facultad les había invitado a visitar el CERN).

El CERN es un complejo donde trabajan más de 6.500 científicos de 84 nacionalidades. Los alumnos del Hermanos Amorós bajaron en dos grupos- guiados por un investigador checo quien explicaba en inglés- a más de 100m de profundidad para ver el ATLAS, en el que se producen y se estudian los choques de las partículas (dicen que 30 millones por segundo) y que está instalado en una gigantesca caverna situada en un punto del círculo de 27 Km que recorre Ginebra por el subsuelo incluso se mete en Francia. Intentan localizar una partícula a la que llaman el “bosón de Higgs”. En este complejo todo son cables, circuitos, conexiones, placas, tubos de una inmensa maquinaria.

Concluyeron la visita  saludando, en la granja de los ordenadores con los que trabajan, a un informático caudetano, Francisco Javier Conejero.

El día 6, después de subir hasta la torre de la catedral de Saint Pierre desde donde se divisa toda Ginebra en las orillas del lago Léman, visitaron la sede de la ONU. Allí apenas puderon ver desde fuera de la sala la cúpula de Barceló, pues al parece se estaba celebrando una conferencia con “gente” importante. No obstante, en una visita guiada les mostraron todas las instalaciones, incluidas otras salas de conferencias como la llamada “española” porque están allí las pinturas murales de José Mª Sert.

Los participantes de este viaje señalan que “ha sido un viaje muy completo: Ciencia, con mayúsculas, turismo, convivencia, risas… todo ello sin ningún problema”.

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