Un náufrago en mitad del océano

  • 22 octubre, 2022
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Un náufrago en mitad del océano

Puede que hoy me haya levantado negativo. Cosas de este tiempo borrascoso imagino, pero miro el camino que nos queda por delante hasta llegar a la meta de esa Agenda 2030 y solo veo buenas intenciones por parte de la gente de a pie. Poco más. Que sí, que aquella máxima atribuida a Eduardo Galeano en la que aseguraba que “mucha gente pequeña, en lugares pequeños haciendo cosas pequeñas, puede cambiar el mundo” está muy bien, pero mientras la gente poderosa que ocupa los sillones poderosos permanezca de brazos cruzados e, incluso, nade en la dirección contraria, me temo que el mundo, de cambiar, solo puede hacerlo a peor. 

La aludida Agenda 2030 ha entrado de lleno en nuestra sociedad. Lo ha hecho en la escuela, donde muchas de las actividades y recursos se orientan y destinan en concienciar a las mentes infantiles de la necesidad de un cambio antes de que sea demasiado tarde para una humanidad que cada vez parece menos merecedora de nuevas oportunidades, pero también en el día a día.

Leo que nuestra Asociación de Comerciantes, siempre dada a iniciativas necesarias, interesantes y solidarias, también se ha decidido a aportar su granito de arena en el tortuoso camino que habrá de llevarnos hasta ese horizonte marcado por el 2030. Han adoptado una idea nacida en Suecia, el plogging, donde se combina la realización de ejercicio físico con la recogida de residuos, para organizar un campeonato escolar, que comenzó a finales del curso pasado, y una carrera popular a celebrar el domingo 23 de octubre en el paraje de Las Cruces. A la misma, se han adherido el Ayuntamiento de Villena y un puñado de empresas, así como diferentes asociaciones locales. 

En dicha carrera, la idea es dedicar la mañana dominical a ejercitarse al tiempo que se limpia dicho paraje de los desechos que se han ido acumulando en la zona. Una buena manera de pasar el domingo. ¿Suficiente la iniciativa? Ni de lejos. ¿Loable el esfuerzo? Sin duda alguna.

Desde que en 2015 los estados miembros de la ONU aprobaran este plan que busca el desarrollo sostenible a favor de las personas y el planeta, muchos han sido los proyectos, muchos los gestos en esa línea. Pero cuando luego se mira la aportación de quienes tienen la llave, esto es, los gobiernos del mundo, y los ves enrocados en las mismas posturas, ves que sus medidas, sus palabras, sus cumbres, no conducen a nada y no son más que brindis al sol, da que pensar si no estamos condenados sin remedio al apocalipsis y, de paso, nos llevamos detrás al resto del planeta.

Decía Ovidio, poeta romano que vivió hace más de dos mil años, que “la esperanza hace que agite el náufrago sus brazos en medio de las aguas, aun cuando no vea tierra por ningún lado”. Me pregunto si todas esas iniciativas solo responden a braceos desesperados en mitad del océano. Hemos de pensar que no, hemos de tener la fe suficiente para no hundirnos presa de la desesperación. Más nos vale porque me da la impresión de que si debemos esperar a que quienes manejan el tinglado zarpen pronto, antes de que sea demasiado tarde, nos recojan del agua y nos lleven a buen puerto, mejor que nos busquen en el fondo del mar. 

1 Comments

  • Desafortunadamente, esta es la realidad. Lo has relatado tal cual yo tambien lo veo. Complicado e incierto el futuro del planet Tierra.

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