“Tengo una foto para ti”
- 29 agosto, 2024
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Susana Maciá nunca imaginó que unas cajas viejas de fotografías podrían pasar a formar parte de su vida. Una tarde de febrero, su amigo Alan Brontons la llamó para decirle: “Ya tienes preparadas las fotos para que te las lleves”. Había oído muchas veces que tenía que darle unas fotos, pero no sabían cuántas ni la temática de las fotos.
En casa de Alan se encontró con tres enormes cajas llenas de fotos de fiestas. El camino a casa se le hizo largo y ardía en deseos de comprobar el tesoro que había en aquellas cajas. Al abrir la primera, su cara se iluminó, no podía creer las miles de fotos de festeros de todas las comparsas que allí habían.
El padre de Alan había sido el encargado de vender las fotos al término de las fiestas. Y guardó en casa todas las que no se vendieron. Al ver las imágenes, Susana recordó aquellas filas de fotos colgadas con pinzas, inmortalizando momentos por desconocidos fotógrafos. La adrenalina recorrió su cuerpo entero y, con un nerviosismo incontrolable, comenzó a separar las fotos por comparsas, ansiosa por encontrar alguna de sí misma o de algún familiar.
Aquella primera noche fue larga e intensa. Encontró fotos de ella misma con cuatro o cinco años, vestida de pirata. Fueron muchas horas clasificando y a partir de ahí empezó una aventura que le ha llevado a repartir centenares de fotografías y a escribir su historia en una artículo que le ha proporcionado el premio “Charraicas del Paseo”, que otorga la Junta Central de Fiestas a los texto publicados en la revista anual Día 4 que Fuera.
Su amigo Alán Brotons le cuenta el por qué las fotos llegaron a sus manos. Así, lo explica “en 1981, mi padre busco un local para vender las fotos, que fue en el edificio la cadena, al lado de la heladería Frances. Las fotos del día 5 llegaron a las 8 de la mañana el día 6, se colocan y se ponen a la venta, y a las 11 de la mañana, cierran el local por un problema burocrático y de permisos, que aún siendo solicitado no se concedió. Durante los meses siguientes, tanto mi padre como mis hermanos y yo mismo, salíamos los sábados por la mañana, para ofrecerlas a aquellos que conocíamos, algunos la compraban y otros no. Por eso, la gran cantidad de fotos que se quedaron en el almacén. Estuvimos sopesando destruirlas, pero finalmente, se quedaron en las cajas, durmiendo, hasta que el destino las puso en tus manos”.
P¿Qué sentiste cuando viste por primera vez las cajas llenas de fotos?
R. Fue una sorpresa enorme. Me encontré con tres cajas de almacenamiento grandes, repletas de fotos de fiestas. Al abrir la primera, entendí el inmenso tesoro que me acababan de regalar. De camino a casa, no podía esperar para ponerme a mirar y descubrir quiénes podían aparecer en ellas.
P. ¿Cómo fue el proceso de compartir estas fotos con las personas que aparecían en ellas?
R: Al principio, las compartía por WhatsApp con familiares y amigos. Las respuestas eran inmediatas y llenas de emoción. Pero luego aprendí que no hay mayor satisfacción que ver las caras de sorpresa en directo. Ahora, prefiero entregar las fotos en persona.
P ¿Puedes compartir alguna anécdota particularmente emotiva?
R: Claro. Una de las historias más conmovedoras fue con una muchacha que conocía de vista. Aparecía en dos fotos vestida de Morica. Trabaja en un comercio y la encontré un sábado en la Plaza Mayor. Cuando le dije que tenía algo para ella, empezó a saltar de alegría. Había estado buscando fotos de cuando salía de Mora Vieja y el destino quiso que nos encontráramos.
P: ¿Has tenido experiencias similares con otras personas?
R: Sí, muchas. Por ejemplo, una vez entregué una foto a una mujer que había perdido a su hermano. No podía articular palabra y se fue con un abrazo y un gracias. Más tarde, me envió un mensaje emotivo agradeciéndome el regalo. También he entregado fotos a personas desconocidas en la calle, como una vez que le di una foto de su padre fallecido a alguien. La emoción fue tan grande que no pudo contener las lágrimas.
P: : ¿Cómo ha cambiado tu vida esta aventura?
R: Ha ampliado mi círculo de conocidos y ha tocado muchas vidas. He recorrido comercios, carnicerías, peluquerías, tiendas y siempre me reciben con gratitud. He conocido a muchas familias, peñas, escuadras y hasta me he presentado ante el alcalde. Esta aventura me ha llenado de historias y anécdotas increíbles.
P: ¿Qué planes tienes para el futuro con estas fotos?
R: Seguiré mi marcha por Villena, buscando a aquellos que aún no han recibido su foto. Me encanta ver la reacción de la gente cuando les entrego estas imágenes tan valiosas. Seguramente, un día me cruzaré contigo y te diré: “Tengo una foto para ti”.