Sin pasacalles y sin romeria
- 30 agosto, 2020
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El último domingo de agosto de 2020 ha llegado sin pólvora, sin música. Un día difícil para los festeros, que cada vez son más conscientes de que las fiestas de 2020 no se celebrarán.
Desde hace decenas de años, cuando la fecha en el calendario marca el último domingo de agosto, Villena se sumerge en los días previos a los Moros y Cristianos. A las 10 de la mañana, el primer disparo del capitán de los Moros Viejos debía hacer iniciado el atronador desfile que llenaría las calles de polvora y de música. Pero no fue así.
La pandemia de coronavirus ha dejado a Villena sin fiestas y por lo tanto, su anuncio también se ha anulado.
Asi, los festeros se despertaron huérfanos de un pasacalles que da el pistoletazo de salida al intenso programa de actos. Sin almuerzos en las comparsas, sin arcabuces que disparar fueron muchos los que sacaron de los cajones las camisetas de sus peñas, escuadras y grupos y se dispusieron a dar buena cuenta de unos huevos fritos, longanizas y patatas, lo que se llama un almuerzo villenero. Se reunieron en grupos de menos de 10 y guardando las normas de seguridad e higiene y las restricciones marcadas por el COVID-19.
Tanto por la mañana como por la tarde, las conversaciones rondaron a cerca de las fiestas que en este 2020 no llegarán. Sin pasacalles se quedo la mañana y sin romeria la tarde. Sin arcos y tribunas, Villena vivirá unas de las semanas más complejas de este año 2020.