Salvando el edificio de la Cruz Roja

El edificio de propiedad municipal, ubicado en la Plaza de Santiago de Villena junto a la Casa del Festero y sede de la asamblea local de Cruz Roja hasta el año 2007, ha pasado de estar declarado “en ruina” a ser recuperable. Después de que los técnicos municipales, según indicó el concejal de Los Verdes, David Molina, decidieran que “el inmueble no está tan mal, como en un primer momento se pensó”, la brigada municipal se puso manos a la obra apuntalando el muro de carga para poder salvarlo. La contrucción consta de 3 plantas de unos 300 metros cuadrados cada una.
Los trabajos de albañilería comenzaron por sorpresa en un edificio certificado como ruinoso en 2007 y que sólo servía como almacén de documentos municipales a la espera de su demolición. Y, sin embargo, sin previo aviso los albañiles empezaron a entrar las bolsas de cemento para fortalecer el muro de carga que lo sostiene. Con 6.000 euros para reforzar sus paredes, en una primera fase, parece que el edificio abandonado a su suerte, hace más de cinco años, puede albergar servicios municipales. El próximo año se hará frente a la segunda intervención en la deteriorada techumbre de las cambras de la tercera planta.
Atrás quedaron las filtraciones, las grietas, el deterioro, las escaleras impracticables y las humedades que hacían inviable la restauración de una de las pocas casas señoriales que en Villena se han salvado de la pala. Arriba del dintel, el blasón que sobresale habla de su nobleza.Por ello el concejal socialista, Fulgencio Cerdán, señaló que “recuperarlo es respetar parte de casco antiguo y volver a darle utilidad con un presupuesto no muy alto”. De hecho se encuentra en uno de los entornos arquitectónicos más singulares de la ciudad.
El que se conoce como edificio de la Cruz de la Roja dejó de ser la sede la Organización no Gubernamental en noviembre de 2007, después de 20 años como su inquilino. Desde entonces el edificio vivió un solitario abandono, mientras la ONG hizo suyas las provisionales instalaciones de la calles Escalona. Atrás quedó la posibilidad de trasladarse a la ermita de Santa Lucía, otro de los edificios abandonados e inutilizados del patrimonio villenense.