¡Qué pena!

¡Qué pena!

¡Qué pena! Otro año los niños sin carnaval en Villena. Por si esta maldita pandemia no les hubiese quitado ya suficiente…

¡Qué pena! Que se pongan por delante del disfrute de los más pequeños intereses económicos, totalmente legítimos y necesarios por otra parte. Porque está claro que las empresas y artesanos que van a empezar a ‘moverse’ en estos próximos días en nuestra ciudad lo necesitan tanto como los niños necesitan expresar su creatividad y su energía en divertimentos que se les han alejado durante dos años. Por esto se ha hecho lo imposible, como debe ser, por reactivar estos sectores cuánto antes. 

¡Qué pena! Que no se haya puesto más interés en sacar adelante con los efectivos que hiciese falta estos actos del carnaval, escudadas las autoridades en unos datos de contagios COVID que previsiblemente 7 días después iban a ser espectacularmente buenos y dejarían que se realizasen sin problemas concurridos almuerzos, chocolatadas, hinchables, desfiles multitudinarios y paseos por nuestro bello barrio del Rabal (plagado de calles estrechas y que conllevarán un difícil distanciamiento social).

¡Qué pena! Que esto se quede tan pequeño al compararlo con el terrorífico momento mundial que vivimos, donde tampoco debemos olvidar a los niños, que necesitan más que nunca nuestros cuidados, colaboración y ayuda.

¡Qué pena!

M.H.