“Nunca nos hemos ido”

Carolina Menor

“Total, va a haber fiestas todos los años…” Con esta frase coroné lo que serían, hasta el momento, nuestros últimos Moros y Cristianos vividos, y aun siendo festera de cuna y convicción, la costumbre hace en muchas ocasiones perder la perspectiva, y de esta forma dejar de ver la auténtica importancia de lo que nos rodea. Un instante en que, sencillamente, volvemos el rostro y el corazón a la verdadera esencia de nuestra vida, en este caso festera…
Vivimos las fiestas 2020 en el más absoluto silencio, siendo espectadores incrédulos de unos días que, incluso guardamos como otra nefasta anécdota de esta cruel realidad que es la pandemia. Asistíamos a nuestras propias sensaciones indolentes, como si nuestra esencia festera levitara de nuestro cuerpo, inerte, sin alegría ni emociones… Encontrábamos la fuerza soñando con el utópico 2021 y dejar aquel 2020 en un mal y rápido sueño, una mala “cabezaica” antes de despertarte para la Diana, y que todo continuara con su esplendor habitual. Seguimos durmiendo.
Septiembre lleva 2 años sin serlo, el día 4 lleva dos años sin pasar, dos años sin ser día 5 y mucho menos por la mañana, en definitiva, Villena lleva 2 años sin ser festera…

O eso nos ha hecho creer nuestra propia frustración, cierto es que la sensación de vacío es abrumadora, pero toda una vida festera te regala las herramientas emocionales para alumbrar estos días apagados, obviamente con una luz tenue, pero luz al fin y al cabo… pues, ¿Qué entendemos por Días grandes? Sin lugar a duda, AMISTAD, en su máximo exponente.
Como comentaba inicialmente, la rutina es, en ocasiones, una venda en los ojos, y si este 2021 nos ha enseñado algo es a ponerla todavía más en valor. Entender que Villena no solo la engalana ese manto granate que guía nuestros desfiles, que el erizado de la piel con la fragancia de la alábega, o la nube de pólvora que rodea nuestro cuerpo, no evoca esos sentimientos por sí mismos, sí no porque todo recuerdo festero es compartido; un amigo, tu fila o cuadrilla, tu familia, hasta un desconocido con el que cruzas la mirada un día 5 a las 4 de la tarde tras pedir el silencio previo al toque del bombo. Por este motivo, estas fiestas 2021, he decidido VIVIRLAS, volver a crear momentos (siempre desde la responsabilidad), y revivir experiencias pasadas viajando de año en año a través de todas las anécdotas y de la mano, siempre, de mi gente, disfrutando de conversaciones, complicidad, algún que otro pasodoble espontáneo, risas y lágrimas por la gran ausencia que este año, agosto se llevó con él…
“Los Castillicos” quebraron el silencio villenero e iluminaron el cielo donde ahora seguirás viviendo las fiestas que nos unieron…
Amigas, amigos…Volveremos, aunque como dicen, ¡nunca nos hemos ido!