Nacer un tres de septiembre

  • 3 septiembre, 2010
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Nacer un tres de septiembre

Cuando se nace un 3 de septiembre, justo antes de que todo empiece, uno está predestinado a ser festero. Lo de ser estudiante creo que es casi una cuestión de genética: padre, hermana, tí@s y prim@s, todos en mi familia pertenecemos a la misma comparsa.

Repasando mis vivencias en las fiestas de Villena, vienen a mi mente multitud de recuerdos: mi primer desfile a ritmo de pasodoble, levantando las cucharas al son de Amparito Roca; la primera noche del día 6 en vela para llegar a la diana o cuando a los 15 años por fin pude pasar una noche de Troya y descubrir a esa orquesta llamada Serenade de la que tanto había oído hablar.

Van pasando los años y con el tiempo, poco a poco , el día le va ganando terreno a la noche. Ya es día 5 cuando poco antes de mediodía, en el mismo rinconcito de una abarrotada Plaza de Santiago, quedamos la peña “La Risica” salvo algún rezagado, convaleciente de la larga noche del día 4. El pregón y el himno “Villena Festera” nos hacen calentar motores, pero donde verdad siento que han comenzado las fiestas es en la fiesta del pasodoble, no puedo dejar de emocionarme al ver pasar cada una de las comparsas con sus cargos y su banda oficial. La cara de felicidad de todas ellas no son más que el espejo que refleja el sentimiento de todos los festeros. En ese momento casi podemos decir se para el tiempo, se aparcan los problemas y nos todos nos disponemos a disfrutar de esos 6 días en los que nuestro querido pueblo luce sus mejores galas.

Sobre las 14 horas, llega el momento de compartir otro rato especial en La Troyica calmando la sed con algún “vicentico” junto al resto de la comparsa. Hemos abierto boca y es hora de comer junto al resto de la peña “La Risica”. Ya vestidos (con algo de esfuerzo porque por lo visto el traje encoge de un año a otro) y con los bártulos, compartimos mesa redonda y nos ponemos al día. Algunos de los componentes de nuestra fila residen fuera de Villena y apenas nos vemos durante el resto del año pero no importa, parece que todo es como hace un año aunque con más kilos y menos pelo, la alegría del reencuentro y de volver a afrontar unas nuevas fiestas de moros y cristianos.

Llegan las 4 de la tarde y con el “último bocao” aguardamos unos de los momentos más esperados por todos . Ya podemos oirla, arropada por los aplausos de la gente que espera su paso, se acerca imponente nuestra Banda de Música entonando con maestría los acordes del pasodoble “La Entrada”. Acaba de comenzar el que para mí es el desfile más especial de nuestras fiestas, LA ENTRADA.

Me gustaría nombrar también otro “ratico” de esos que no puedo perderme y que no es otro que la Cena de la Sardina. Es día 7 y sobre las 20 horas en la Plaza de Las Malvas recordamos a los estudiantes fallecidos, un acto de gran emotividad que da paso a esta cena donde guardamos cola para recoger nuestro bocata de sardina, pimiento blanco y longaniza que tan bien sabe cuando uno está junto a los suyos. Aprovecho para agradecer desde aquí, el casi nunca reconocido trabajo que con cariño realiza la peña “La Sardina”, sucesores de “El Cotarro” “. Gracias a todos ellos y a los miembros de la directiva que trabajan para que cada año esté todo a punto para que podamos disfrutar de nuestras fiestas.
Felices fiestas a tod@s 

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