Música, éxito y felicidad
- 2 agosto, 2022
- Comentarios
esde que ese bicho puso patas arriba una existencia cuyas bases creíamos inamovibles, cada evento recuperado supone una incógnita, pero también una nueva oportunidad de sentir algo que, tal vez en algún momento, vimos peligrar. En ese sentido, el VEM, esas más de veinticuatro horas ininterrumpidas de música, no ha sido una excepción.
Ni las reticencias que todavía genera entre parte de la población la pandemia, ni las elevadas temperaturas reinantes durante esos días fueron impedimento para que las notas se abrieran paso en cualquier rincón, a través de cualquier instrumento, a cualquier hora del día.
Como ya ocurriera con otros eventos locales en el pasado, el VEM ha ido ganando enteros con el transcurso de los años y ahora, tras celebrar su quinta edición, se encuentra perfectamente asentado como cita ineludible en el calendario cultural de la ciudad.
Su carácter altruista y solidario, la posibilidad de que se pueda ver lo mucho y variado que es el panorama musical de Villena —hablamos de más de mil intérpretes tocando música de diferentes estilos y formatos—, el compromiso, no solo de músicos locales, sino también de voluntarios y hosteleros, la expectación que genera, hacen del VEM un espectáculo único que sorprende y agrada a partes iguales al público asistente y los visitantes que se acercan a nuestra ciudad para no perdérselo.
Con el lema “Dale al play” y un logo que invita precisamente a eso, a continuar el camino tras esa pausa obligada por la pandemia, Villena se llenó de colorido, sobre todo de ese amarillo en las camisetas que, rematado por el azul de sus motivos y letras, homenajeaba, de manera inconsciente, al pueblo ucraniano, sometido como está, por desgracia y todavía, al poder de una fuerza opresora.
Sin embargo, acabado el VEM, las notas siguen sonando este verano. La OSVI, la Orquesta Sinfónica de Villena, una agrupación musical joven —apenas cuenta con seis años de vida—, tiene por delante una apretada agenda de conciertos con la que recorrerá parte de la provincia de Alicante.
No debemos olvidar que esta orquesta nació, entre otros propósitos, para ofrecer a los músicos amateurs con distintas inquietudes y situaciones, un espacio donde poder poner en práctica lo aprendido durante sus estudios musicales, un colectivo del que sentirse parte. Sobre todo en el caso de la cuerda, donde siempre es más difícil dado que es más habitual la formación de bandas.
Ese proyecto, que tuvo desde un principio como alma y principal valedor a Isidro Alemañ, ha ido creciendo hasta el punto de conformar una agenda como la que le espera este verano. Si nos quedamos con las palabras del pensador estadounidense Ralph Emerson, esto es, “El éxito consiste en conseguir lo que se desea y la felicidad en disfrutar lo que se obtiene”, en tal caso, seremos nosotros los que le desearemos un éxito seguro a la OSVI. De disfrutar, ya se encargan sus componentes.