Miguel Flor, cronista gráfico de Villena

El villenense, Miguel Flor, lleva más de medio siglo fotografiando calles, edificios, monumentos y gentes de la ciudad que le vio nacer, y se ha convertido, sin quererlo en el cronista gráfico de Villena. Ha sido su afición desde los años cincuenta del pasado siglo y ahora  que ha cumplido los ochenta años, todavía lleva una cámara-  digital- por si surge un imprevisto, inmortalizarlo.

Su primera cámara, una Alfa Silett, se la regaló su padre  tras un viaje a Bruselas, ha tenido más de cinco, y todas ellas se expondrán en varias vitrinas en la exposición que el próximo viernes, 27 de enero, se inaugurará en la Casa de la Cultura.

Su colección particular consta de más de 5.000 instantáneas, aunque en la exposición se mostrarán doscientas, divididas en tres bloques, un bloque con sus trabajos relacionados con el Museo Arqueológico  y con José María Soler.

Otro bloque sobre temas locales, etnográficos, personajes, actividades de Villena y un tercer bloque de recopilación de fotografías no realizadas por Miguel Flor, pero que a lo largo de los años se ha encargado de recopilar. Una de ellas es de 1866, de Juan Chaumel.

La fotografía que le tiene más cariño es de una procesión de la Virgen de las Virtudes, patrona de Villena, donde se aprecia una señora mayor rezando al paso de la imagen. “Cada vez que veo esta foto me emociono”, señala.

En su colección también tiene antiguos negativos de cristal, “que los utilizaban los zapateros para lijar las suelas de los zapatos”, afirma.

Comenta que podría hacer una exposición exclusiva de temas festeros, ya que cuenta con más de dos mil fotografías.

La directora del Museo Arqueológico José Maria Soler, Laura Hernández, calificaba a Miguel Flor, del fotógrafo de cabecera de Soler, al que le unía una gran amistad y que de hecho, fue el que lo acompañó en el descubrimiento del Tesoro en la Rambla del Panadero.

Por primera vez, las fotografías serán proyectadas, no se expondrán físicamente adaptándose así a las nuevas tecnologías.

Hasta finales de febrero se podrá visitar en la Casa de la Cultura de Villena.