Mi pregonera favorita
- 7 agosto, 2017
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Ella es periodista de profesión y también de vocación. Nació en Villena, en una familia de Moros Nuevos y creció y disfrutó de su pueblo hasta que le llegó el momento de caminar hacía la Universidad. Y allí, en Valencia, afianzó su pasión por el Periodismo. Irene López Navarro terminó la carrera y recaló en Canfali, el periódico local que en 2004 pisaba fuerte en Villena.
Nos conocíamos de antes, Irene hacía sus prácticas veraniegas en Radio Villena y sus pinitos en papel en el Información. Apuntaba maneras, Villena parecía quedarsele pequeña para su hambre de información. Pero, antes de encaminarse a Madrid, tenía una asignatura pendiente con los Moros y Cristianos, con su pueblo: ser Regidora. Y lo consiguió, porque Irene se propone objetivos y no para hasta lograrlos. Y ese era uno de sus grandes retos. En aquella época, descubrí que Irene es una mujer de pasiones, sin medias tintas, de convicciones profundas y de decir pese a quien lo pese lo que piensa. Y así se enfrentó a su cargo de Regidora, dejando muy claro que serlo era una de sus ilusiones pero que nunca iba a figurar como una mujer florero. Y así, Irene fue una de la Regidoras que dejan huella.
Escribíamos una frente a la otra. Había venido a sustituir a Inma, que por aquel entonces decidió ser madre. Ella siempre dice en distintos foros que fue mi becaria. Pero no es cierto. Ya era una periodista con hambre, con estilo y con avidez por aprender y yo sólo le enseñé lo que pude y lo que me dejó. Ella a cambio me volvió a transmitir la pasión por esta profesión. Un amor que a veces perdemos, en un camino tan tortuoso como intentar encontrar día a día la verdad hasta en las pequeñas cosas.
Una de las pasiones que las dos tenemos y que mantenemos intactas es el amor a los Moros y Cristianos. Ella desde la visión de una Mora Nueva y yo desde la de una Cristiana. Ella desde el punto de vista de una villenera que vive fuera y yo desde la que pisa las calles de mi Villena todos los días. Entendemos las fiestas de la misma manera. Como Kennedy, no nos preguntamos qué pueden hacer las fiestas por mí, sino qué puedo hacer yo por las fiestas. Y por ello a Irene le sorprende que su elección como pregonera de fiestas sea la recompensa por ser la embajadora en Madrid de los Moros y Cristianos. Considera que cualquiera hubiera hecho lo mismo que ella y tiene razón, pero sólo a medias. Muchos habrían intentanto inculcar a sus amigos, muchos de ellos actores que participan en series muy mediáticas, el amor por éstas, sus fiestas. Pero otros muchos no.
Villena tiene una virtud. Suele ser agradecida con los suyos y en este caso, nombrado a Irene pregonera lo ha sido. Tengo la seguridad que Irene, a su vez, lo será con su pueblo intentando redactar un pregón de los que hagan historia. Y tengo la seguridad que si se lo propone lo más probable es que lo consiga. Este año me presentaré el 5 de septiembre a las 12 horas en la plaza de Santiago con la certidumbre de que escucharé un buen pregón y que el de Irene pasará a la galeria de mis pregones favoritos como los fueron el de mi profe de griego, Ramona Laguna o el del abogado Luis Delgado de Molina o el de Vicente Prats. Son los que se quedaron en mi memoria y ahora mis neurona deberán hacer hueco para uno más. Porque como siempre, Irene pisará fuerte y lo hará dejando huella.