Marzo, el mes de la mujer
- 6 marzo, 2025
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¿Sólo un mes para nosotras?
¡No! Sólo un día para nosotras: 8 de marzo.
Reivindicación, sublevación, insatisfacción, desigualdad, injusticia….pero, ¿a qué?
A lo que cada mujer sienta que necesita validación y lugar y no lo tiene.
Igual que el mes pasado animaba a celebrar San Valentín (con ciertos matices), este mes animo a celebrar el día de la mujer, también con matices.
Según la RAE, la definición de mujer es:
1. f. Persona del sexo femenino.
2. f. mujer que ha llegado a la pubertad o a la edad adulta.
3. f. mujer que tiene las cualidades consideradas femeninas por excelencia. ¡Esa sí que es una mujer!
4. f. mujer que posee determinadas cualidades. Mujer DE honor, DE tesón, DE valor.
5. f. mujer casada, con relación al marido.
Tras la búsqueda, me he quedado sorprendida al visualizar como se acaba relacionando el nombre de mujer con “prostitución” o “prostituta”, y he de reconocer que me ha invadido la rabia y la ira. Pero como soy insistente, pensé que si buscaba la definición de cabrón, igual me salía la palabra “hombre”, aunque no fue así y no quise liarme más… O sí, ya que acabé mirando las diferentes connotaciones que reciben los términos varón/mujer o macho/hembra y cómo se ensalza una figura vejando la otra siguiendo con esos tintes sexuales peyorativos. Si Google sigue mostrando esto, nos queda mucho por avanzar.
Porque ni la mujer es puta ni el hombre es cabrón.
Obviamente, según circunstancias, situaciones y momentos. Todo ser humano, da igual su género, actúa y puede generar dolor en otra persona.
He pretendido que este preámbulo sirviese de entrante para mi reflexión. La cual, leyente, podrás compartir en mayor o menor medida y es algo que respeto. Pero como la escritora soy yo, me tomo la licencia y la libertad de expresarme libremente.
Mujer – vida. Mujer- entrega. Mujer-sacrificio. Mujer – dedicación. Mujer – inteligencia.
Como me gusta mucho la neurociencia y la neuropsicología, parto de la base de que hombre y mujer somos distintos. Nuestros cerebros son distintos.
Y eso es algo maravilloso si lo aprovechamos para sumar. Nos complementamos en cuanto a carencias y necesidades personales, emocionales, de supervivencia. Por ello, no se trata de buscar una media naranja porque de entrada, estamos completos en cuanto a necesidades básicas. Se trata de complementarnos y sumar juntos.
Hace décadas, la mujer estaba en casa y su labor era la crianza y el mantenimiento del hogar. A día de hoy, además de seguir haciendo lo anterior, se nos suma la carga laboral ya que trabajamos las mismas horas que el hombre. Esto nos lleva a la famosa carga mental que soportamos, a no desconectar nunca y a ser multi tarea.
La diferencia en nuestra genética hace que gestionemos de forma diferente las situaciones según nuestro género. Pero eso no nos hace mejor o peores, sino distintos. Y es esa diferenciación física y cerebral en la que nos tendríamos que basar para normalizar y llegar a la igualdad real. No a la impuesta por días señalados o movimientos progresistas interesados que manejan millones de euros y dan poco resultado.
Si partimos de la base de que hombre y mujer somos distintos y funcionamos de forma distinta, será más fácil encontrar la forma en la que nos sintamos cómodos conviviendo, compartiendo y coexistiendo.
Está claro que existe mucha desigualdad entre géneros a nivel económico (por un mismo cargo, siguen habiendo hombres que ganan más); de oportunidad laboral (seguimos teniendo puestos inaccesibles); seguridad e integridad física (existe la maldad y por ello existen hombres malos que abusan sexualmente de nosotras); tareas domésticas o crianza de los niños.
Fueron muchas las mujeres que empezaron a poner su granito de arena en un mundo machista. Desde Marie Curie como pionera en la ciencia; Clara Campoamor, abogada, escritora y política defensora de los derechos de la mujer; sin olvidar a Frida Kahlo, pintora mexicana y todo un símbolo de lucha.
Cada granito fue haciendo granero y gracias a ellas, y a muchas otras mujeres valientes; a la evolución y consciencia colectiva y al movimiento que ha ido dando cada vez más visibilidad y recursos (de tanto dinero disponible, siempre se hace algo bueno aunque insuficiente), hoy disponemos de más igualdad que hace años.
Se ha recorrido mucho camino, pero sigue faltando camino por recorrer. Ojalá ese camino se recorra desde el respeto entre géneros y el conocimiento científico. Porque igualdad no es sinónimo de ser superiores al hombre (como ellos lo han sido durante tantos años con respecto a nosotras).
Por más igualdad real y menos politiqueo.
¡Feliz día de la mujer! ¡Felicidades mujer!