La viborera, Echium creticum, y la teoría de las signaturas: ¿magia o realidad?

  • 16 mayo, 2022
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La viborera, Echium creticum, y la teoría de las signaturas: ¿magia o realidad?

La teoría de las signaturas (o teoría del signo) se la debemos al autor del libro Botánica Oculta, un alquimista, médico y astrólogo suizo conocido como Paracelso. Vivió en el siglo XVI y desarrolló una teoría que se basaba en el reconocimiento de ciertos rasgos morfológicos propios de los seres vivos –especialmente las plantas–, que eran signos (de ahí el nombre de “signatura” que lleva su teoría) puestos por designación divina para ayudar al ser humano a identificar, por comparación de forma y apariencia, las utilidades y propiedades que poseían. 

Hay muchos ejemplos que forman parte de nuestro acervo popular y que proceden de esta creencia; es el caso del gran parecido de la semilla de la nuez con el cerebro humano, lo que ha justificado su uso para evitar la pérdida de la memoria. Actualmente, hay grupos de investigación que trabajan en el efecto de las nueces sobre la memoria y el rendimiento cognitivo. Por un lado, Pribis y colaboradores (2011) llegaron a la conclusión de que las nueces no parecen mejorar la memoria, el estado de ánimo o las habilidades de razonamiento no verbal. Sin embargo, estas semillas pueden tener la capacidad de aumentar el razonamiento inferencial y por ello se recomienda añadir nueces en la dieta de las personas con la enfermedad de Alzheimer, como se explica en los trabajos de Muthaiyah y colaboradores (2014). De este modo, la teoría basada en supuestos “signos mágicos” y la empírica está sirviendo como avance de la ciencia y la medicina. Por no extenderme mucho con los ejemplos, sólo destacaré uno muy curioso, cuyos resultados seguramente se deban al azar o a la “magia”. Es el caso de las orquídeas (Orchidaceae); su nombre procede del vocablo griego “orchis” (testículo), que hace referencia al par de tubérculos subterráneos que garantizan la permanencia de la planta año tras año: uno más viejo (producido el año anterior), que llega a convivir con otro más reciente (producido en el año en curso), asemejando en conjunto unos testículos. Se decía que para asegurar descendencia masculina, la mujer tenía que ingerir el bulbo más pequeño y el hombre el grande. Esta teoría fue desechada hace mucho tiempo, pero hay ejemplos de este tipo en todas las culturas; bien se podría decir que es una forma como otra cualquiera de experimentar con las plantas. 

La especie que nos ocupa en este artículo presenta esos signos divinos y engalana de morado nuestros bordes de caminos y campos en barbechos durante la primavera. Se trata de la viborera, Echium creticum L., la más común en esos ambientes por los alrededores de Villena en esta ecología; pero ha de tenerse en cuenta que, bajo ese nombre popular también se agrupan muchas otras especies del género Echium. Una de las más conocidas y extendidas en la Península Ibérica es Echium vulgare L., todas ellas pertenecientes a la familia de las Boragináceas. Son plantas desagradables al tacto porque poseen un indumento de pelos rígidos (setosos) que además de ásperos y punzantes, en ocasiones puede ser urticantes. Poseen unas flores grandes en forma de campana asimétrica, dispuestas en un falso racimo y agrupadas en inflorescencias “escorpioides” (porque asemejan el final de la cola de un escorpión). El nombre de viborera proviene de la traducción del nombre del género Echium, derivado de la palabra griega “échis”, que significa serpiente. Las propiedades que se le han atribuido a las plantas de este género están relacionadas precisamente con las picaduras de ofidios. Este uso está ya recogido tanto en los escritos de Dioscórides como en los de Plinio, de la antigua Roma. En la teoría de los signos este poder de curación radica en la forma de sus frutos, que recuerdan la cabeza de una víbora, y por ello se utilizaban tanto de amuleto contra sus mordeduras como en ungüento para curarlas. Como antídoto no se ha comprobado que sean efectivos, pero la aplicación de esos ungüentos sobre la piel irritada y dañada ofrecía un resultado muy positivo, debido a la presencia de un principio activo denominado alantoína, que en la actualidad se puede encontrar entre los ingredientes de muchas pomadas y cremas dermatológicas. Por ello, aunque no tenga utilidad como antídoto contra mordeduras de serpientes, el uso empírico de las cataplasmas de viborera descubrió un potente cicatrizante y regenerador celular. 

Magia o realidad, la ciencia sólo avanza con la experimentación y la observación de los resultados, y no es la primera vez que un fármaco creado para una dolencia ha resultado más eficaz contra otra. El mundo de los principios activos de las plantas es un mundo infinito. Y ¿por qué no empezar a experimentar con las plantas signadas?

enlaces

Teoría de las signaturas: https://es.wikipedia.org/wiki/Teor%C3%ADa_de_las_signaturas#:~:text=Con%20la%20expresi%C3%B3n%20teor%C3%ADa%20de,que%20permiten%20conocer%20sus%20virtudes

Paracelso: https://es.wikipedia.org/wiki/Paracelso 

Echium: http://www.floraiberica.es/floraiberica/texto/pdfs/11_138_16_Echium.pdf

Pribis, P. y colaboradores (2011). Effects of walnut consumption on cognitive performance in young adults (Efectos del consumo de nueces sobre el rendimiento cognitivo en adultos jóvenes)

https://www.cambridge.org/core/journals/british-journal-of-nutrition/article/effects-of-walnut-consumption-on-cognitive-performance-in-young-adults/3BD8AD9713F9EE1B329E6988EB63A890

Muthaiyah, B. y colaboradores (2014). Dietary Supplementation of Walnuts Improves Memory Deficits and Learning Skills in Transgenic Mouse Model of Alzheimer’s Disease (La suplementación dietética de nueces mejora los déficits de memoria y las habilidades de aprendizaje en un modelo de ratón transgénico con enfermedad de Alzheimer): https://content.iospress.com/articles/journal-of-alzheimers-disease/jad140675

Alantoína: https://es.wikipedia.org/wiki/Alanto%C3%ADna

1 Comments

  • excelente!!!!

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