La red SANAmente y el ESPACIO YANANA en la conmemoración del Día Mundial de la Salud Mental en un acto presidido por la Reina Doña Leticia
- 11 octubre, 2019
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La Confederación SALUD MENTAL ESPAÑA ha celebrado el Día Mundial de la Salud Mental, este año dedicado a la prevención del suicidio, con un acto presidido por Su Majestad la Reina Doña Letizia, y al que también ha asistido la ministra de Sanidad, Consumo y Bienestar Social en funciones, María Luisa Carcedo, quien en su discurso de clausura ha manifestado el compromiso y el deber de las Administraciones Públicas de “construir una sociedad que permita conectar con la vida, aportando toda la información necesaria tanto a medios de comunicación como a los ciudadanos, para lograr la prevención del suicidio”.
En el acto se realizó un homenaje a Vicente Rubio Gandía. Un referente en el trabajo por la dignidad y la lucha contra el estigma de las personas con problemas de salud mental.
Fundador de Radio Yanana en la Red Sanamente junto a Berta Nadal y Pepa Martínez, pusieron en marcha un proyecto de sensibilización con la palabra como arma para destruir los muros de la ignorancia que generan el miedo a lo desconocido.
Desde el espacio YANANA y la red SANAmente queremos agradecer a la Confederación SALUD MENTAL ESPAÑA la invitación a éste acto (junto a Trini Rubio y Cristina Cabanes) en memoria de nuestro yananero Vicente. Hay huellas que no desaparecen nunca.
Vicente sigue presente.
Seguiremos demostrando que La locura no muerde, y otra cosa, cuantos más seamos, más fácil para darle la vuelta a un coche, a una idea…
Nos gusta terminar con estas palabras de Vicente:
“Hay quien está enfermo y no lo sabe, que pasa toda una vida sufriendo con unos síntomas que denotan la existencia de una enfermedad, pero no pone remedio a ello, no conoce la cura, incluso en la mayoría de los casos ignora su propio estado de salud, se sienten bien, aunque con su enfermedad sufran esos síntomas a los que ya se han acostumbrado y por lo tanto lo ven como algo que ya forma parte de su vida. El problema surge cuando sus enfermedades hacen sufrir a los demás. No hablo de enfermedades como la mía, esquizofrenia paranoide, hablo de enfermedades aceptadas por la costumbre de verlas a nuestro alrededor. Son como virus que se contagian con sólo ver cómo se manifiestan en los demás y para los que no hay medicamento inventado, ni tan siquiera nadie que se preocupe por investigar la solución a este problema, su cura.
Hay quien ve a alguien sufrir y no siente nada, le da igual el sufrimiento ajeno, incluso hay gente que no le importa hacer sufrir a los demás en busca de su propio beneficio. Hay otros que, obsesionados por la búsqueda de la perfección, rechazan todo aquello que no se ajuste al canon de realidad perfecta que tienen encajonada en sus mentes, no conciben la flexibilidad y la comprensión como algo necesario en la convivencia entre seres. No hay pastillas para ellos, no hay inyecciones que alivien su sintomatología enfermiza. No hay nadie que pretenda curar la indiferencia, el egoísmo, el rechazo hacia lo diferente. Estos enfermos son los que hacen sufrir a otros como nosotros y buscan el enclaustramiento del que, en algún momento en su vida, ha percibido la realidad de un modo diferente, inusual. A esto se le llama estigma, y somos nosotros los que tenemos que sufrir las consecuencias de su enfermedad.
Lo suyo también son enfermedades mentales o de la conducta, pero no hay ningún médico que las diagnostique ni que se preocupe por curarles, lo ven normal, normal por lo extendido, son tantos los que padecen este tipo de enfermedades que nadie se da cuenta de ello. Ya son como una plaga.
No os preocupéis, vosotros, los que generáis el rechazo, sabemos que lo hacéis por miedo, tenéis miedo de nosotros, de nuestra percepción diferente de la realidad y sabemos que os han engañado. Os dicen por televisión y en todos lados que cometemos crímenes, que somos malvados.
Despertad de vuestro sueño. Sí, nosotros soñamos despiertos, pero vosotros vivís engañados. No tengáis más miedo, que la locura no muerde, tan sólo es una manera de prolongar el sueño. “
Texto leído homenaje a Vicente Rubio Gandía en el acto realizado el pasado 9 de Octubre del 2019 en el Teatro Latina de Madrid y Organizado por la Confederación SALUD MENTAL ESPAÑA con motivo del día mundial de la Salud Mental
HOMENAJE VICENTE RUBIO (Palabras de Basilio García Copín, representante de la confederación Salud Mental España y Presidente de Salud Mental Ceuta. Condecorado con la Orden del Mérito Civil)
No sé si hubo luz antes de la luz. No sé si hubo tiempo antes del tiempo.
De lo que sí estoy seguro es de los momentos que me tocó vivir, y de las personas que me enseñaron por el trayecto.
Entre todas, Vicente Rubio. De todos todas, el maestro.
Vicente Rubio se entusiasmaba: el amor, la justicia, el universo…
Yo le llevaba el escudo; él era un quijote por el cielo.
Vicente Rubio entusiasmaba…, si mal no recuerdo.
Ángel Urbina de Cataluña, amigo viejo. Le gusta acordarse del episodio de Vicente como actor en Japón; donde interpretó el papel de quijote en un parque temático dedicado a España, allí por Kioto. Esta historia refleja bien su espíritu, espíritu que sigue vivo en Diversamente, la página web que se atrevió a soñar. Dice Ángel: un pionero, un visionario, alguien al que seguir su estela.
Puedo ver la primera vez, cuando yo apenas despegaba del suelo. Le invitamos a Ceuta para que nos contara su experiencia audiovisual “SOLO” (magnífico documento). Allí Vicente se sinceraba, y destripaba sus sentimientos.
Vicente Rubio: cineasta. Pocas veces salió de la tierra tanto talento.
Para Elena Briongos de castilla León la generosidad es el verbo.
La generosidad de grabar su vida, que era la de mucha gente, de desnudarse ante la cámara. Miembro de honor del comité; tenía ideas nuevas y daba un enfoque que a nosotros/as se nos escapaba. Vivió la vida como quiso, como pudo o como le dejaron. Tuvo la generosidad de tener vida propia, de casarse de tener hijos… Siempre positivo. Tuvo otra hija, la página DIVERSAMENTE, a la que hay que mimar y ayudarla a crecer.
Un caluroso día de verano Vicente me llamó con urgencia y me dijo: Basilio, veintitantos proyectos me queman entre los dedos. Convoca al comité y saquemos la página, que no nos coja el invierno…
Nunca se vio tan largo invierno. Debe haber un libro de reclamaciones en algún lugar del firmamento. ¿Cómo es posible que a un guerrero del amor se le niegue el retoño de sus adentros? En la página Diversamente existe un extraño silencio.
María Isabel del País Vasco nos presta su respeto: gracias Vicente por todo tu legado. Me has dado lecciones desde el primer día que te conocí. Lecciones de superación; que no hay mayor barrera que la que nos ponemos nosotras mismas. Muchas veces me sentí identificada con tus planteamientos, esas ideas y proyectos que iban fluyendo como mensajes de luz, con visión de futuro y que iban tomando forma. Siempre pensando en nuestro bienestar, en el de nuestras familias, y en ayudar a otros otras desde la experiencia en primera persona.
Vicente Rubio; activista pro salud mental en primera persona.
Vicente fue un innovador del lenguaje sobre salud mental, no lo olvidemos, y sobre el estigma que nos persigue. Introdujo la idea del usuario experto, en la creencia de que quien mejor que uno mismo para decidir sobre su futuro, y sobre sus procesos. ¿Se os ocurre mejor fundamento? También nos legó un modelo integral de recuperación que tiene secuencia en nuestro consejo de consejos.
Para Enrique González de Canarias, Vicente era alguien más que un hombre con diagnóstico. Era alguien en el creía, con el que compartía formas y maneras de entender el camino. Una persona inquieta, que no se conformaba. Se aprendía desde su palabra, pero también desde su silencio. Vicente puso luz a un tema que estaba oculto en la oscuridad del olvido. Gracias por tu responsabilidad, por dignificar a la salud mental; por ser ejemplo con tus obras; por dar tantas bofetadas sin manos, por presentarnos la realidad de la locura, y por dar aliento a quien no ha creído en la posibilidad de ser feliz.
Vicente tenía la teoría de que hay un círculo de energía que rodea y une a los seres vivos, y que allí residen la felicidad y su secreto. Bien pudiera ser el amor.
Un día, Vicente nos dejó solos. Ahora tendremos que imaginarnos sus sueños.
En verdad, nos dice Vicente, ¿es tan distinto lo nuestro?