La llegada de La Morenica y el pasacalles inician los días grandes de Villena

Con la llegada de La Morenica a Villena y el pasacalles, los villeneros ya cuenta los días que restan para que la alegría, la música y el colorido inunden la ciudad en la celebración de las fiestas de Moros y Cristianos en honor a la Patrona de Villena, Nuestra Señora de las Virtudes.

Tal y como se desarrolló el año pasado por primera vez, antes del pasacalles, la Junta Central de Fiestas realizó un emotivo homenaje a los festeros fallecidos durante el año en la plaza de Santiago, depositado las Regidoras una corona de laurel en el estandarte de la Virgen y con el ruedo de banderas de las catorce comparsas. Tras el homenaje, tal y como manda la tradición, comenzó el pasacalles por las calles de Villena desde la Plaza de de Santiago con los arcabuceros de la comparsa de Moros Viejos y finalmente, tras los arcabuceros de los Cristianos cerraba el desfile, cargos festeros, autoridades locales y festeras y la Banda Municipal de Música de Villena.

Este año a las tres tradicionales paradas del pasacalles; en la casa de Pedro Martínez “El Zumba”, en la calle Menéndez Pelayo, a quien se le hizo un pequeño homenaje, en la sede social de la Comparsa de Moros Bereberes en la calle Congregación, en la panadería de “El Quebra”, en la calle Castalla de El Rabal, se sumó una cuarta en el Huerto de la Pona de la comparsa de Labradores en la calle Baja.

Ya por la tarde, cientos de romeros se desplazaban a la pedanía de Las Virtudes para acompañar a La Morenica en su traslado anual a la ciudad para presidir en el Altar Mayor de la iglesia Arcedinal de Santiago las celebraciones patronales. La bajada de las temperaturas y la celebración del centenario de la Coronación animó a los villenenses y vecinos de la comarca a participar en la romería que discurrió con normalidad y sobre las 9 de la noche llegaba la Sagrada Imagen a la ciudad donde fue recibida en la iglesia de María Auxiliadora. Después prosiguió hasta llegar a la iglesia de la Santiago.