La isla ilegítima

  • 21 noviembre, 2011
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Con motivo del resultado de las elecciones generales celebradas el pasado día 20, la concejala del Ayuntamiento de Villena, sra. Celia Lledó, dejándose llevar por la marea azul que invade España, vuelve a afirmar que el gobierno de coalición de nuestra ciudad no es legítimo pues, a su entender, las urnas han dado mayoría absoluta al PP en estas elecciones y ello conlleva que los actuales gobernantes son unos usurpadores del poder, que con nocturnidad y alevosía han despojado a los ¿legítimos? dueños de la poltrona. Además deja traslucir que, Villena y, a causa de su gobierno -repetimos, ilegítimo–  está aislada en este océano azulísimo en que se ha convertido el país.

       Vayamos por partes. En primer lugar considero gravísimo que se ponga en duda la legitimidad del actual gobierno local basándose en los resultados de las generales, cuando la sra. Concejala sabe muy bien que son convocatorias diferentes y diferentes modos en que el electorado se comporta. Ella y su séquito saben muy bien que en las elecciones locales el Partido Popular fue la lista más votada pero no con mayoría absoluta, siendo la coalición de los otros partidos la que ostenta esa mayoría suficiente para poder gobernar. Más bien, pienso, que la concejala sra. Lledó y el resto de concejales notorios del PP están rechinando por no poder ser partícipes de la euforia de su partido desde el gobierno local. Les ha dolido y mucho el que las otras fuerzas se coaligaran para gobernar la ciudad de otro modo. Por tanto, como ciudadano de Villena, exijo a la oposición que haga su labor de oposición, con otros argumentos -económicos, de ineficacia, de pasividad, de torpeza, de no saber por dónde andan, de contrastar datos, de vigilar con lupa la acción de gobierno, de…– qué se yo. Todo menos utilizar la peligrosa idea de la ilegitimidad, porque, entre otras cosas, no es verdad. ¡Ya está bien!.

       En segundo lugar. Se esgrime por parte de la concejala sra. Lledó que Villena, al no tener un gobierno del PP, como la inmensa mayoría de España, se va a quedar fuera del reparto de no sabemos qué prebendas. Es, cuanto menos, indecente el que se exponga a la población, y de paso, se le menosprecie, que se va a quedar aislada del vuelo de la gaviota. Me parece, una vez más, trasladar a la ciudadanía que por no tener a ellos de gobierno, Villena se va a perjudicar en su labor de solicitar lo que le corresponda. Repito, según la concejala Lledó, la ciudad entera se verá ignorada en la Comunidad Valenciana y en España por no tener un gobierno del PP, o sea que cuando vayan nuestros concejales a abordar algún asunto económico a, digamos, la Generalitat, no les van a hacer ni caso por no ser del PP. ¡Bravo, magnífico!.

       Sra. Lledó, opino que debiera ser un poco más reflexiva en sus manifestaciones públicas y, aunque pletórica de triunfo, atemperar sus emociones y no decir barbaridades. Resulta enojoso recordarle que usted consiguió mayoría absoluta en la anterior legislatura y que, por acción u omisión, dinamitó su propio grupo en el Ayuntamiento. Resulta bochornoso que aún siga tropezando en esa piedra. Y, en cuanto al pánico que tiene a la soledad de Villena en el universo, procure ser algo más cauta ya que nos legó un importante déficit fruto de obras faraónicas para mayor gloria y tronío, que tendremos que apechugar como podamos. Y en esas estamos, ¿nos sugiere que como el gobierno local no es del PP va a ser ninguneado?, ¿es eso?. Sinceramente, me ofende ese comentario y de paso se deja mal a sí misma por formar parte del Consistorio, aunque no gobierne como desea apasionadamente.

       Lo dicho, jugar con fuego es sinónimo de quemadura. Disfrute de su triunfo electoral, disfrute en su partido, disfrute de las venturas venideras… pero no enturbie el ambiente con comentarios que, espero, sean fruto de la emoción momentánea, porque si no es probable que le recordemos sus palabras muchas veces, sobre todo cuando en el lógico intercambio con las Administraciones, de pedir y no dar, la sombra de la sospecha sobrevuele sobre su cabeza, por la osadía de ser Villena: una isla ilegítima.

       Para acabar, al refranero, no mezclemos churras con merinas. Aunque todas sean ovejas. 

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                   Francisco Tomás Díaz

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