La importancia de lo que no parece importante

  • 28 mayo, 2016
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Participar en una prueba como la media maratón supone, y hablo con conocimiento de causa, una experiencia única. Para alguien que nunca tuvo el atletismo como deporte habitual, plantearse la posibilidad de recorrer más de 20 kilómetros era, hasta no hace tanto, algo inimaginable; correrlos, un chute de adrenalina; terminarlos, la demostración propia de que se ha superado un reto.
Por eso digo que es una experiencia única. Por eso y porque el lugar donde se celebra la carrera, se viste de un ambiente festivo, casi mágico. Al menos, esa es la sensación que me inspiran las dos media en las que he participado -Santa Pola y Almansa-, aunque imagino que en todas partes será igual. 
Esa magia a la que me refiero, se concentra en la salida, donde miles de atletas, procedentes de diversas poblaciones, cada uno con sus propios objetivos y posibilidades, esperan la señal para llenar de colorido todas y cada una de las calles por donde discurre la prueba. 
Y luego está la gente. Me refiero a aquellos, la mayoría habitantes de la ciudad anfitriona, que se unen a la fiesta deportiva y la arropan con sus gritos de ánimo; un ánimo y, eso es lo que más llama la atención, que no va dirigido en exclusividad a los atletas locales, sino a cualquiera que pase y necesite un “empujoncito” moral para poder dar una zancada más, para ganar un metro más. 
Vivimos tiempos de tensión en el deporte, , sobre todo en el fútbol. Los partidos se viven con intensidad, a veces desmedida; el público, a modo de catarsis, desahoga sus frustraciones y agobios semanales con jugadores ajenos e, incluso, propios.
Precisamente ahí es donde reside la grandeza de las carreras populares; en el hecho de que no hay escudo o bandera, ni color de camiseta que defender a ultranza; en que tanto da que se vaya a batir un récord mundial o acabar en el puesto 1500. Cada uno, desde su papel, desde sus posibilidades y limitaciones, aporta, suma, participa. O como dejó escrito el gran Mahatma Gandhi, “casi todo lo que realice será insignificante, pero es muy importante que lo haga”.

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