La cultura de entonces y de ahora
- 29 mayo, 2024
- Comentarios
El mes pasado se producía, en palabras de mi querido amigo Pedro Villar, “una coincidencia astral”, ya que en el espacio de veinticuatro horas se presentaban dos libros que no solo están vinculados por la temática, esto es, el teatro en particular y la cultura villenense en general, sino también porque lejos de hacerle sombra el uno al otro, se complementan y enriquecen perfectamente.
Decimos esto porque el primero de esos libros, obra del propio Villar y de José Ramón Morales, hace un recorrido por la cultura local de parte del siglo XIX y, por extensión, en determinadas circunstancias se prolonga hasta la primera mitad del XX, a través de la figura de Aquilino Juan Ocaña, un adelantado a su tiempo que cultivó diferentes artes y negocios. En cuanto al segundo, cuya autoría debemos a Juan García “Cigarro” e Inmaculada Alcaraz, repasa la trayectoria del teatro amateur en nuestra ciudad de los últimos setenta años. Es decir, en cierto modo se podría decir que uno supone la continuación del otro.
Parafraseando a Antonio Machado, mi infancia son recuerdos de una vivienda ubicada en la esquina de la avenida de la Constitución con la calle Aquilino Juan Ocaña y he de admitir que alguna vez de niño me pregunté quién era ese señor de nombre tan pintoresco que se había hecho merecedor de una placa en el callejero municipal. No necesitaría mucho para satisfacer mi curiosidad: pronto supe que tal personaje fue actor, empresario y escritor. Este último desempeño es uno de mis anhelos de entonces y de ahora, lo que hizo que se ganara de inmediato mis simpatías.
Ahora, con el documentado libro de Villar y Morales, he podido conocer en profundidad a la persona y al personaje y también he sido consciente de que la cultura de nuestra ciudad en el ámbito del siglo XIX no podría comprenderse sin la presencia de este hombre de letras que también hizo sus incursiones en la música, en el mundo de los negocios e, incluso, en la política.
En cuanto al notable repaso que García y Alcaraz hacen del teatro aficionado de Villena, no podemos más que felicitarles porque han recogido, con enorme esfuerzo y con paciencia infinita, toda la información posible al respecto, desde la raíz misma, esto es los diferentes centros educativos de la localidad, pasando por los grupos que han nacido dentro y fuera de ellos y los actores locales que se han sabido hacer un hueco en el panorama local y nacional.
Es, sin duda, un chute de nostalgia, sobre todo para aquellos que han conocido o que han vivido de primera mano la historia más reciente del teatro villenense. Porque en sus páginas encontramos a quienes fueron actores y actrices en su juventud y aún consiguen reconocerse en las fotografías presentes en el libro, a quienes todavía lo son y a quienes ya no están entre nosotros pero abrieron el camino y guiaron a los que llegaron más tarde.
El contenido de estos dos libros certifica que la cultura de Villena siempre ha estado viva. Su presentación, o la de los muchos otros libros de autores locales que han visto la luz en los últimos tiempos, o la de la obra para marimba compuesta e interpretada por Paco Cherro en la Troyica de los Estudiantes, o la exposición titulada Tus amigos no te ovidan, donde Juan Pérez-Fajardo y Helena Hernández han plasmado la plasticidad y belleza de los cementerios y el culto a los muertos , o la nutrida agenda de actividades presente todo el año, garantizan que la cultura en nuestra ciudad continúa teniendo tan buena salud como lo fue en los siglos pasados. Al menos en ese aspecto, podemos sentirnos satisfechos y orgullosos.