El hospital de Elda estudia la influencia de la alergia alimentaria en la inflamación de esófago
- 20 marzo, 2018
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La Unidad de Alergologia del Hospital General Universitario de Elda ha estudiado la influencia de la alergia alimentaria en la inflamación de esófago.
El estudio ha sido publicado recientemente en la prestigiosa revista “The World Allergy Organization journal.”, junto con publicaciones remitidas desde algunas de las instituciones más prestigiosas del mundo como el Imperial College de Londres, así como otras universidades y hospitales de Europa y Estados Unidos.
En concreto, la Unidad de Alergología ha aplicado desde 2012 un protocolo de diagnóstico y seguimiento a los pacientes con esofagitis eosinofílica y se ha observado que la detección precoz (con el pertinente tratamiento farmacológico) y la indicación de dietas permiten llevar una vida normal a los pacientes y evitar la progresión del cuadro hacia la impactación del bolo alimenticio y las complicaciones derivadas de este hecho.
Los facultativos responsables del seguimiento de estos paciente en este centro sanitario son, generalmente, digestólogos, anatomo-patólogos y alergólogos.
De este modo y, con objeto de poder recomendar a los pacientes dietas que eviten la progresión de la enfermedad y la no dependencia de fármacos (que de otra forma los pacientes deberían tomar de por vida), se han realizado estudios exhaustivos basados en pruebas de alergia en la piel, analíticas para la detección de alergia específica a alimentos y detección de marcadores en sangre.
En los resultados del estudio se ha observado que las dietas fueron eficaces en la mayoría de los pacientes en seguimiento, evitando complicaciones y adaptando de forma personalizada las dietas en cada caso.
Conocer la enfermedad
El objetivo que se ha establecido en la actualidad es progresar en el conocimiento de esta entidad y para ello se siguen dos líneas de investigación. En la primera se pretende profundizar en el seguimiento de los pacientes con esofagitis eosinofílica con alergia alimentaria observando la influencia de unos y otros alérgenos alimentarios, de la estacionalidad de pólenes, la alergia respiratoria o las vacunas antialérgicas.
Las sensibilizaciones a múltiples pólenes son frecuentes en este departamento de salud y muchos de los pacientes refieren empeoramiento de sus síntomas de atragantamiento cuando agudizan sus síntomas respiratorios en primavera.
En una segunda línea se pretende llegar a tener la capacidad de poder identificar a los alérgenos que pueden influir de forma más decisiva en la evolución de la enfermedad con el objetivo de que los pacientes solo tengan que evitar en cada caso los alimentos responsables y no otros que no influyen realmente. El objetivo de estas dos líneas de investigación es conseguir la mejor calidad de vida para los pacientes.
Nuevas formas de alergia alimentaria: esofagitis eosionofílica
Se ha observado que de un 15 a 35% de los pacientes que presenta episodios de disfagia (dificultad para digerir el “bolo” alimenticio con sensación de parón en la garganta) padece una enfermedad de relativo reciente diagnóstico: la esofagitis eosinofílica. Se calcula que actualmente la prevalencia de dicho cuadro puede superar los 50 casos por 100.000 habitantes.
Se trata de una entidad compleja, con un amplio abanico de manifestaciones. Así, se observan casos en los que las alergias alimentarias o ambientales no poseen una influencia directa y otros en los que el trasfondo alérgico es muy importante. En muchos de los pacientes estudiados, la sensibilización alérgica ambiental y a múltiples alimentos, son decisivas en la evolución de la enfermedad.
La esofagitis eosinofílica es una enfermedad crónica resultante de la inflamación del esófago de manera predominante por eosinófilos, un tipo de leucocitos sanguíneos que participan habitualmente en las enfermedades alérgicas, como la rinitis estacional, la dermatitis atópica o el asma bronquial.
La gran mayoría de los pacientes suelen padecer otras enfermedades alérgicas como la rinoconjuntivitis estacional, el asma bronquial, o sensibilización ya conocida a alimentos o pólenes.
Las manifestaciones son muy variadas, pudiendo ser diferentes entre distintos pacientes y en las distintas edades. En los niños más pequeños los vómitos y el rechazo al alimento son muy frecuentes. También la pérdida de peso y la falta de crecimiento se presentan en la infancia.
En los pacientes de más edad predomina la disfagia o dificultad para tragar, los atascos o impactaciones de alimento (en los que se nota que el alimento se para completamente tras la garganta), que pueden incluso obligar a la extracción del alimento atascado mediante endoscopia urgente.
Otros síntomas son ardores, que no desaparecen con medicamentos que suprimen la producción de ácido en el estómago. Y en algunos casos, dolor torácico o abdominal.