Hallan un tramo desconocido de la muralla del Castillo de Villena en la calle José Zapater
- 26 abril, 2024
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Las obras de reurbanización de varias calles del barrio San Antón ha descubierto un tramo, hasta ahora desconocido, de la muralla del Castillo de la Atalaya de Villena en la calle José Zapater, de un metro y medio de altura.
A lo largo de esta semana las obras han sacado a la luz restos de la antigua muralla, pero esta mañana se ha decubierto en un punto, hasta ahora no documentado. Se pensaba que esta construcción seguía la línea de la calle, pero las obras han hallado que la muralla hace un quiebro y se desvía en un punto de la calle, a la altura del número 33.
El nuevo hallazgo es uno de los más interesantes y mejor conservados hasta la fecha. El lienzo de muralla es un zócalo de mampostería, asentado sobre una lechada de mortero de cal, sobre el que se conserva un trozo del alzado de la muralla. En este punto, el muro parece dibujar una curva al igual que el alineamiento actual de las viviendas, que en esta parte del recorrido son menos invasivas y dejan al descubierto la cimentación del muro.
Este hecho, tal y como pasó a finales de marzo, cuando se hallaron restos de la muralla en esta misma calle, ha obligado al Servicio Municipal de Arqueología y Patrimonio (SEMAP) a activar el protocolo necesario para su análisis y la toma en consideración de las medidas de protección,
La muralla de Villena fue construida en la primera década del siglo XIV, en época de Don Juan Manuel, y abrazaba buena parte de lo que se conoce como el barrio de La Villa, conectándolo con el castillo y dejando fuera de su abrigo a “El Rabal”. Posteriormente, a finales de la Edad Media el recinto perdió su sentido defensivo así que la muralla fue absorbida por las fachadas de las construcciones domésticas o, en otros casos, derribada para ampliar los accesos urbanos.
En esta zona de Villena, durante 2009 y 2022 se han localizado otros dos segmentos de la muralla, uno en el subsuelo de la Puerta de Almansa y otro en el inmueble nº7 de José Zapater, debajo de un pavimento de ladrillos. En todos estos casos se trata del zócalo de la fortificación efectuado con tapial de mampostería de cal.
En 1988, José María Soler, en su artículo sobre las murallas de la ciudad, al hablar del recorrido de la muralla de la parte norte, dio noticia de la existencia de restos en la Puerta de Almansa y las calles Juan Chaumel y José Zapater, antigua “calle del muro”.