Girl Power, la solidaridad hecha grupo de Whatsapp
- 11 julio, 2018
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Un considerable número de chicas de Villena ha formado un grupo para no regresar solas a sus domicilios. Se han puesto en contacto a través de las redes sociales y han decidido crear un perfil de Instagram (@girlpowervillena), además de dos grupos de Whatsapp en los que ya cuentan con unas 300 jóvenes en su mayoría. Aunque, como dice la integrante y promotora de la iniciativa, Marta Ríos “no sólo hay chicas desde los trece años. También hay mujeres de cuarenta y cinco e, incluso, aquellas que trabajan en fiestas y estarían dispuestas a poner su coche”.
Explican que la idea surgió al ver un tweet que hablaba sobre la aparición de grupos de chicos que apoyan e incentivan el comportamiento del caso de la manada. Ríos apunta que “me dio bastante coraje que tengamos que pasar por eso a diario”. A raíz de esto, decidió poner un tweet en el que invitaba a entrar en un grupo de Whatsapp, a toda aquella que quisiera, para “volver a casa acompañadas y seguras”.
Su objetivo es que “se extienda la idea del grupo para que no se sigan sucediendo episodios de acoso, abusos o violaciones”. Creen que de momento son pioneras en este tipo de iniciativas y han recibido el apoyo de chicas de Villena y localidades cercanas como Biar, Sax, Cañada o Alicante.
Otra componente del grupo, Andrea Carrasco, manifiesta que “no tenemos tendencia política y aceptamos tanto a chicas de izquierdas como de derechas. Por mucho que una mujer tenga una ideología contraria a la mía, si está sufriendo una agresión machista no voy a dejar de ayudarla”. De esta forma, quieren dejar claro que “la sororidad -haciendo referencia a la colaboración y el apoyo mutuo entre las mujeres- debe prevalecer ante todo lo demás”. Aún así, apunta Ríos que “si una chica tiene un comentario machista o tránsfobo se le indicará o corregirá y, si no cambia su comportamiento, la echaremos del grupo”.
Cuentan que, aunque Villena es una localidad pequeña, hay actitudes machistas pero “ha sido al estar en el grupo cuando la mayoría hemos percibido que hay más de las que pensábamos. Lo que pasa es que no se ven, se normalizan y se aceptan por el hecho de ser mujer”. Además, afirman que “ser adolescentes nos implica volver de una fiesta con miedo y que tu madre o tu padre estén impacientes. Cosa que con un chico no pasa”.
No tienen pensado formar una asociación, debido a que “mover a trescientas chicas requiere mucho esfuerzo. Somos un canal de comunicación y ayuda mutua”. Aún así, ofrecen su apoyo al Punto Lila, del que algunas de ellas forman parte y con el que están dispuestas a colaborar ya que “es una tontería separarnos cuando podemos unir fuerzas. A parte de que no queremos liderar nada, ni posicionarnos por encima de ellas”, sostiene Ríos. A todo esto, añaden que el colectivo LGTB apoya la iniciativa.
Las redes sociales han sido las que les han permitido ponerse en contacto y, a través de ellas, movilizar a más chicas, pero “al estar más expuestas, nos enfrentamos a detractores que nos rebaten con datos pocos fundamentados y que nos dicen que somos unas exageradas”. También quieren dejar claro que “no tenemos nada que ver con el twitter o el instagram de @Sacandolabasura, con el que nos han asociado desde el principio”. Dicha cuenta se dedica a sacar a la luz a presuntos acosadores de Villena, lo que podría tener repercusiones judiciales.
Asimismo, Ríos anima a denunciar “ya sea abuso o violación. Lo primero es ponerlo en conocimiento de la ley y que ésta te ampare”.
Un grupo de debate
A partir de Girl Power ha surgido otro grupo en el que incluyen a chicos para poder establecer un debate en torno al feminismo, insistiendo en que también se lucha por despojar de muchos clichés a los hombres. “Hay que romper los roles de género, que no esté mal visto que un hombre llore y que su masculinidad no quede en entredicho”.
Creen que hay mucho desconocimiento sobre el tema y, por ello “había chicas que no se consideraban feministas. Aunque de momento es lo menos importante, ya que lo que debe imperar es el respeto para empezar a deconstruirnos –ejercicio de evaluación personal en el hay un esfuerzo por desaprender, identificar y eliminar las conductas machistas a las que ha estado expuesta toda la vida.”, apunta uno de los miembros, Arturo Esquembre. Por otro lado, Débora Rueda añade que “hay muchas chicas que temen que las tachen de radicales, pero lo bueno es estar en grupos donde poder opinar y debatir”.
En cuanto a la educación en igualdad, Paula Balaguer explica que han recibido alguna charla en los institutos sobre sexualidad, libertad, transexualidad o masturbación femenina, pero opina que “hay que impulsar más este tipo de actividades”.
Además, piensan que “el feminismo tiene que ser interseccional –haciendo mención a que el feminismo combate en contra de cualquier opresión-. No puedes hacer distinciones a la hora de la igualdad entre una mujer racializada –discriminada dentro de la lucha feminista al no ser occidental- o una trans, porque al final todas somos mujeres”.