Eureka, Nuria F.D.

A Nuria la conozco desde una edad temprana. Adolescencia  y juventud, cuando estudiaba  en el instituto y jugábamos  en su casa al trivial. Acertaba todas la de ciencia y sobre todo las de biología. Siempre me  sorprendieron su inteligencia y su tesón para el estudio y el trabajo.

Creo que siempre tuvo muy claro lo que quería ser y supongo que tuvo que llamar a muchas puertas para llegar donde ha llegado. A mí me dio a leer su tesis simplemente para que comprobara si las oraciones estaban construidas de forma correcta, la sintaxis de toda la vida, la gramática etc.  Lo entendí todo a la perfección porque era un gran trabajo, pero lógicamente no comprendí casi nada  porque soy de letras puras. Estuve en la lectura y defensa de su tesis en la Universidad de Santander, he seguido su  labor como investigadora  por Madrid, Santander, Bostón, Nueva York, Londres y Kenilworth. Siempre que la hemos visitado y ha sido posible le hemos pedido que nos enseñara sus “labos” y las cosicas en las que estaba trabajando. Recuerdo cacharritos poblados de cosas diminutas que necesitaban su atención sin saber de horarios ni fechas en el calendario. Esas cosillas interesantísimas, las células y sus diferentes comportamientos. 

Y un buen día, no hace muchos meses, Nuria nos escribió un whatsapp para decirnos que le hacía mucha ilusión compartir con nosotros que por fin, su trabajo y su gente, eran noticia. Por medio de un enlace a una publicación de lo  que supuse debía ser una revista o foro científico, y en inglés, echando mano de los traductores, nos fuimos dando cuenta de la importancia de lo que nos estaba contando Nuria. Habían descubierto una causa clave para la formación del cáncer durante la división celular que podría conducir a soluciones para prevenir la enfermedad.

Esa mujer a la que igual  consultamos los resultados de unas pruebas analíticas que la evolución de las enfermedades  de nuestros familiares,  esa en la que confiamos cuando llegaron las vacunas contra la  Covid-19 y todo eran dudas, esa mujer tan normal, le acababa de dar a la humanidad una  mega dosis de esperanza.

Saltó la noticia a los periódicos y medidos de comunicación locales que revolucionó  a casi todo el pueblo y sobretodo a  una generación de jóvenes estudiantes interesados en el trabajo que había desarrollado. En  U.K. apreció en The Sun, y finalmente, de nuevo en España, pudimos escucharla en una entrevista  fantástica para el programa  Poniendo las calles, de la Cope.  Y nos enamoró. Porque nosotros ya sabemos  cómo es y cómo trabaja. Cuál es su día a día, más o menos, y algunas de las zancadillas que le han puesto en su carrera. Y lo explicó con una claridad tal que nos dejó a todos boquiabiertos. 

Y así es ella, la mujer villenense a la que queremos y admiramos.  Nuria Ferrándiz Díaz, la mujer que vive a kilómetros de distancia de su familia por decisión propia y que pide más inversión para los grandes investigadores que tenemos en España, que sacan proyectos adelante con presupuestos ínfimos.

Enhorabuena por tu trabajo y gracias por ser espejo donde se mirarán generaciones futuras de “villeneric@s”

Se te quiere un montonazo.

F. MARTINEZ