En torno al radicalismo

  • 23 junio, 2015
  • Comentarios

Voy a ser directo. Entiendo que el Partido Popular esté enfadado por su debacle en  las últimas elecciones; ha perdido miles de votos y eso a ningún partido le hace gracia, máxime cuando es el  partido gobernante (recuerdo que también el PSOE ha sufrido cierta sangría de votos).

Tras su ejercicio de autoanálisis, el Partido Popular lleva arremetiendo constantemente contra las formaciones políticas que han ganado numerosos votos, tildándolas de “radicales y extremistas”.

Y aquí debo realizar cierta consideración. Atengámonos a lo que dice la Real Academia de la Lengua sobre el concepto de “radical”, que, en su segunda acepción, reza como sigue: “partidario de reformas extremas, especialmente en sentido democrático”.

Bien. Las personas del Partido Popular deberían conocer sobradamente que todo sistema democrático está fundamentado en  normas básicas de convivencia recogidas en una Constitución y que tienen la máxima prioridad, es decir, no pueden violarse en ningún momento porque se rompería la citada convivencia. Nuestra democracia no es ninguna excepción.

Y aquí el Partido Popular sí que ha demostrado ser un partido radical. Sus medidas políticas, legitimadas por “la situación económica excepcional que vivía el país”, han sido medidas extremas hasta el punto de cuestionar, como mínimo, los artículos 21, 31, 39, 40, 41 y 51 de nuestra Constitución de 1978.

Y por si esto no fuera suficiente muchos de sus dirigentes o están imputados o ya directamente condenados por corrupción, con la Comunidad Valenciana como ejemplo más sangrante.  

El resultado final ha creado mucho daño: recortes educativos, sanitarios y judiciales; malnutrición infantil; desahucios; comedores sociales que no dan abasto; dificultades diarias para las familias que tienen a alguna persona discapacitada;  sueldos bajos que muchas veces obligan a realizar horas extras para sobrevivir cada mes. En líneas generales, empeoramiento generalizado de la calidad de vida de la clase media-baja que es la que forma la mayoría de la ciudadanía española.

Ante esta situación, los resultados electorales municipales y autonómicos mostraron el apoyo masivo a opciones políticas que ponen en la máxima prioridad las necesidades básicas humanas y que buscan que sus nuevos dirigentes sean honestos, sencillos y cercanos a la ciudadanía para que cuenten con ella. Estas condiciones, dirigentes del Partido Popular, no son  radicales. Las suyas, sí. Totalmente.

Deja tu comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *