El Rei Paixaro sale a la calle a pesar de la lluvia

A punto estuvo el rei Paixaro y su comitiva de dejar para el próximo año su cabalgata real en la noche del sábado. Aunque finalmente y a pesar de la lluvia y el frío, la fiesta siguió adelante.

El fuego, la cultura y la tradición se unen en la fiesta del Rei Paixaró o de San Antonio Abad o del  “porquet”.  Una festividad a la que no le faltan los animales, la imagen del anacoreta y las hogueras, pero que cuenta con una peculiaridad  la figura del Rei Paixaro, una de las más antiguas y tradicional de la Comunidad Valenciana.  
El sábado por la noche en cada esquina del recorrido de la Rei Paixaró y su comitiva por las calles del casco antiguo, los vecinos encendieron hogueras donde asaron productos derivados del cerdo e invitaron a dulces, buñuelos o palomitas.
Integrantes de la comisión de San Antonio alumbraron el paseo con antorchas, mientras las dulzainas y tamboriles de la colla “La Vila” abrieron camino a su alteza real. La figura medieval fue escoltado por dos danzantes que, una y otra vez, ejecutaron los pasos y evoluciones al ritmo de una tonadilla, que se repite a lo largo de todo el recorrido y que se han transmitido de padres a hijos.
La fiesta rememora la época medieval en la que el Rey (Jaime de Aragón) pasaba a principios de año para recoger los impuestos después de las cosechas de almendra, uva y aceituna. El Rei Paixaro simula el recaudador real que, ataviado con traje medieval, una capa real y una corona en la cabeza. En su mano porta una bandera valenciana.
El domingo por la mañana, el Rei Paixaro volvió a cruzar las calles de la localidad a lomos de un caballo, pero en esta ocasión acompañado de las mascotas de los vecinos de Biar.
En este desfile matutino se conjuga la figura civil, el Rei Paixaró con la religiosa el santo patrón de los animales.
Cerró la comitiva los niños de la población que recogen cestas de comida y dulces, que por la tarde se subastarán para costear la festividad de santo.