El Rei Paixaro contó con un gran número de público

Biar vuelve al medievo cada inicio de año. La figura del Rei Paixaro traslada a aquellos tiempos a la población de Biar que ha logrado mantener esta festividad, que coincide con la de San Antonio Abad, patrón de los animales. 
Estas fiestas agrarias no solo encajan en el tiempo, sino que los diferentes actos de las dos se entrelazan fundiéndose en una sola. Sin embargo, el Rei Paixaro por su antigüedad y por su particular figura se ha configurado como una de las fiestas más antiguas de la Comunidad Valenciana. 
El fuego y la pólvora están presentes en la fiesta. Las hogueras dan inicio a la víspera, con un desfile por el casco antiguo de la villa del Rei Paixaro y sus danzantes, dos bailarines que realizan un conjunto de evoluciones al ritmo de una tonadilla, que se repite a lo largo de todo el recorrido. Las antorchas dan paso al conjunto central de la fiesta, mientras los vecinos encienden las piras invitando a bebidas, dulces y embutido. La noche finaliza con una “cordá” a la espera de la mañana siguiente.
Es curioso que la llegada del recaudador para recoger los impuestos destinados a la corona de Aragón, después de la recogida de algunos frutos, se convirtiese en una de las fiestas más emblemáticas de la población. 
El Rei Paixaro y sus danzantes mantienen vivos toda la simbología de la época en sus diferentes atributos. Nada queda al azar en esta celebración. El ritual para pintarse la cara, para vestirse, de dónde parte a lomos de un caballo con destino a la plaza se repite año a año y se transfiere de padres a hijos. Cada uno de los momentos, aderezados con cohetes, dulzainas y tamboriles forman parte del encanto de esta particular representación. 
La comisión de “San Antoni” se prepara a lo largo de la mañana del domingo para acompañar al Rei Paixaro y al patrón de los animales. Como en otras poblaciones, los animales domésticos, de labranza, caballos y sobre todo perros toman la calzada para recibir la bendición. 
En Biar, además del Rei Paixaro y sus danzantes, los más jóvenes de la parroquia con bandejas van recogiendo las viandas que por la tarde, en la plaza del Ayuntamiento se subastarán. Cada vecino ofrece dulces, embutidos, frutas que servirán para financiar la fiesta.