El difícil camino en la defensa del medio ambiente

  • 4 junio, 2014
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El Programa de la Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) declara el 5 de junio como el Día Mundial del Medio Ambiente. Una vez más ponemos el acento en los desafíos a los que nos enfrentamos en el País Valenciano y la necesidad de unidad para lograr un objetivo común: una vida sostenible y próspera para todos.  Aunque la administración pública no nos lo pone fácil.

Arrastramos un problema de ordenación del territorio y de recursos naturales. Y va en aumento. En muchos casos, con la excusa de la  crisis económica, el Consell pretende modificar la legislación medioambiental, dando así luz verde a actividades productivas altamente contaminantes. Con su ineptitud y mala gestión, pone en riesgo nuestros valiosos recursos naturales y, por añadido, la salud de las personas, haciendo prevalecer intereses privados frente al interés de toda la población.

El actual sistema de gestión de residuos está colapsado. Los términos reducir, reciclar y reutilizar brillan por su ausencia y se abre la puerta a las plantas incineradoras, la forma más insostenible y  peligrosa de tratar los residuos. Los efectos de esta mala praxis no solo afectan al entorno, sino también, a la salud de las personas. En materia de energía, la administración ha dejado de apostar por las energías renovables, que son consideradas limpias. En cambio, se están fomentando proyectos de fractura hidráulica y prospecciones petrolíferas en nuestras costas, con los consiguientes riesgos de contaminación para el entorno y los recursos naturales. Pero no solo se pone así en riesgo la parte ambiental, también la seguridad de la población y los puestos de trabajo en actividades económicas ya consolidadas.

No podemos olvidar el problema los incendios forestales. En 2013 hubo alrededor de 346 incendios en el País Valenciano y en lo que va de año ya se ha superado los 230. Con las condiciones climáticas que se están dando se prevé que esta cifra sea superada. Y deberíamos estar preparados en prevención, detección y extinción de incendios, atendiendo a opiniones de expertos y a lo que estipula la legislación. Preparados quiere decir estar dotados de los medios materiales y humanos (este año hubo reducción de brigadas) para evitar pérdida de biodiversidad, de recursos forestales, de actividades productivas y económicas con sus respectivos puestos de trabajo y, frecuentemente, la pérdida de vidas humanas.

En relación con la gestión del agua, no podemos estar de acuerdo con el Plan de Cuenca del Júcar, que perpetúa situaciones que se han demostrado negativas. Apostamos por el cumplimiento de la Directiva Marco del Agua en toda su extensión, para garantizar la salud de nuestros ríos y el acceso a agua suficiente y de calidad. La gestión del agua debe ser pública, con participación ciudadana, asumiendo retos de ahorro, eficiencia y conservación.

Necesario y urgente también es impulsar los planes de transporte al trabajo, favoreciendo el transporte público, así como vías de acceso seguras.

Con la creación de puestos de trabajo, protegiendo y conservando nuestros recursos naturales, se podría plantear una opción de futuro para la ciudadanía y el medio ambiente, que pasara por un desarrollo equilibrado del territorio, haciendo un uso sostenible de sus recursos naturales, con las mejores técnicas agrícolas, de silvicultura y ganadería, potenciando las energías renovables, fomentando el turismo rural de calidad, promoviendo planes sostenibles y seguros de transporte al trabajo… son algunas de las cuestiones a las que deberemos hacer frente.

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