Diario de una madrina III. Unas canas muy festeras
- 7 febrero, 2018
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Tengo la «mala costumbre» de ver la noticias en la gran pantalla que preside mi comedor. No las veo desde el principio al final, suelo mover el dedito en el mando cuando llega el turno de los deportes. Ayer hubo dos noticias que me emocionaron. Una fue el discurso de la actriz Nicole Kidman (50 años) al recibir su primer SAG Award que otorga el sindicato de actores y la otra, las palabras de Carlos Sainz (57 años) que consiguió su segundo Dakar, la prueba más dura de automovilismo.
Últimamente las actrices utilizan los atriles de las galas de los galardones para reivindicar la necesidad de una igualdad de géneros en el cine y por extensión en otros aspectos de la vida. Y en este caso, Kidman utilizó su altavoz para dar la gracias a sus compañeras de profesión que le habían allanado el camino para trabajar en la industria cinematográfica más allá de los 40.
Por suerte, en esta ocasión me quedé a disfrutar de los deportes. Después de los fichajes millonarios en el mundo del balompié, llegó la noticia que estaba esperando, la rueda de prensa de Carlos Sainz. El piloto se emocionaba al mostrar su segundo título como campeón del Dakar. Replanteándose su próxima participación en la prueba, Sainz decía: «Entiendo que haya mucha gente que se haya preguntado: ¿Pero qué hace este hombre corriendo? ¿Por qué lo hace? No lo necesita, tiene una edad…. El tiempo me ha dado la razón». La capacidad física del ser humano se va alargando en el tiempo, la esperanza de vida, la fortaleza mental para alcanzar nuevos retos. Sin embargo, números uno como Sainz y Kidman pueden quedar apartados de lo que más le apasiona por cuestión de edad.
Lo mismo pasa en los Moros y Cristianos. Parece ser un feudo donde los mayores deben quedar relegados a una silla, a un rincón, donde estén pero no se les vea. Es cierto que fiesta es sinónimo de juventud pero cada vez son más los que rompen este estereotipo y se dedican a ser los más festeros, una vez cruzada la línea de los 65 años.
Este año, en el colectivo de cargos, nos encontramos con dos «figuras» capaces de agotar a cualquier festero que se precie. No falta a un acto desde el 5 al 9 de septiembre y este año podrá escaquearse menos. Con 72 años respectivamente, los capitanes Feike Veldam (Piratas) y Toni Pardo (Cristianos) están dispuestos a dar mucha guerra y ya lo han demostrado.
Ser una persona activa pasada la edad de jubilación no es sólo cosa de guiris, también algunos españolitos se resisten a quedar aparcados a segunda fila, a hacer punto en sus casas o a echar la partida con los amigos cada tarde. Actividades que están muy bien pero que no son las únicas del calendario diario de un jubilado. Seguramente alguien pensó qué hacen esos dos ahí.
Con esa edad no soportarán las fiestas. No sólo la aguantarán sino que las disfrutarán igual que algunas que este año cumplen 18 añitos. Por cierto Alba, muchas felicidades. Al igual que otros que con menos edad, ya peinan canas. Cinco generaciones de diferencia y ahí están con las mismas ganas de fiesta. Como dice Carlos Sainz, el tiempo les está dando la razón.