Cuarta edad
- 18 septiembre, 2020
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Estimados lectores, o mejor dicho “soportadores” de mis escritos, os hago llegar el tercer y último, menos mal diréis muchos de vosotr@s, del último de la trilogía de relatos que presenté a distintos certámenes literarios (de este escrito en concreto no tengo respuesta y…tampoco tengo esperanza en tenerla).
CUARTA EDAD
99 y…100 gotas en el alféizar, esmaltado de zinc, de mi ventana. ¿Cinc o amianto? No, gracias con un cáncer tengo bastante.
El siguiente coche blanco es el mío. Vaya una ambulancia.
Si llego al aseo antes de que entre la enfermera hoy habrá helado de postre vaya, enfermera antes de enfocar siquiera la pila en mi campo de visión y encima gelatina con sabor a gasolina sin plomo 95.
Tenía dudas sobre quién era mi nieto más odioso. Claro, si hay un favorito hay uno odiado o por lo menos el menos favorito de todos es Javier, las pasadas navidades no va y me regala la peli “Atrapado en el tiempo”. Alma cándida, no te das cuenta que en el geriátrico todos los días son el día de la marmota. De hecho tenemos un peluche de marmota para dormir, el personal sanitario lleva pines de esos de fieltro con la imagen de una marmota y si alguna vez Bill Murray filma una segunda parte tendría 1000 abuelos disponibles como extras.
Menudo idioto. Sí, idioto, es para enfatizar el género masculino y exaltar la idiotez varonil.
Coronavirus. Todos mis compis igual “yo no quiero morir por el bicho”.
Vamos a ver perla imagina que estás al lado de William Wallas del Clan de los McCloud en una batalla y dices noooo a mi que me mate algún clan de linaje de estirpe de varias décadas: MacCancer, MacDiabetes o MacInfarto pero no MacCorinavirus que no tiene caché de enfermedades con genealogía heráldica y título nobiliario. Claro que lo suyo sería morir en tu lecho al lado del propio Wallas pero claro el lujo de morir de muerte natural no está destinada a todos los inquilinos de este cementerio de elefantes.
Qué curioso…hace 100 años (102 como apunta el pedante de mi nieto Javier) se expandía la gripe española que asoló el mundo. Desde los años 20 de este siglo observamos con incredulidad como una simple gripe hizo tales estragos, pero un siglo después aquí estamos. Volverán a llamarla gripe española o gripe española revival (eso no era una disco donde iba el crápula de Javiercito) o gripe española premium (le tengo manía con razón a mi nieto ya que yo antes estaba inscrita al círculo de lectores y ahora Javito me ha inscrito a Amazon Premium que tiene 1000 títulos disponibles y 0,001 legibles)
Creo que es el momento de cumplir deseos no alcanzados a lo largo de nuestra vida. Todos tienen un lugar, en particular, y en común: París.
A modo de prólogo, fundaría una cuadrilla de atracadores octogenarios e iría estornudando, a modo de kalasnikov virulento, saqueando tiendas de sonotones, dentaduras postizas, prótesis ortopédicas…a lo largo y ancho de la Avenue Montaigne.
Mis 3 deseos insatisfechos serían los siguientes: pasearme, desnuda, por la rotonda del Arco del Triunfo de París que tiene la preferencia de giro al contrario y girarla yo corriendo al derecho; tumbarme (tipo Kate Wisley en Titanic) en la plaza de los pintores del Sagrado Corazón y encargar un autorretrato; trepar la Tour Eiffel con el traje de Spiderman (nota mental: dos operaciones de cadera y artritis reumatoide diagnosticada, en el historial médico, podían impedir mi gesta) hasta la misma cúspide.
Ale genio de la lámpara ya van tres deseos. Bonus: que para eso voy a ser la primera en morir por Coronavirus. En mi lecho de muerte quiero que entre por la puerta Georges Clooney, el de Urgencias, y haga una cuenta atrás pero ahora el Clooney de “Gravity”.
..10, 9..? ¡Espera George!! Un Nespresso en el último segundo por favor
1…vaya Jorge has manchado, con una gota de café, la sábana del hospital. Yo que no quería dejar deudas pendientes y van a tener que pagar mis hijos un último servicio de lavandería. Bueno, que mi hijo le deje, como herencia a Javi, una deuda de 1,15 € de las sábanas de su querida abuela.
Ale, ya podéis quitarme todo el kit del circo de los horrores. ¡Pufff! 10 años en coma para morir del dichoso bicho del coronavirus. Se acabó lo que se daba, tres pitidos y el partido de mi vida habrá acabado: pi, pi, piiiiiiiiiiiiii ¡HAY GOL EN LAS GAUNAS MANOLO!