Crónica del reencuentro de antiguos alumnos del colegio Ruperto Chapí

  • 12 junio, 2015
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Crónica del reencuentro de antiguos alumnos del colegio Ruperto Chapí

El pasado sábado 6 de junio tuvimos la oportunidad de disfrutar de un emotivo reencuentro los compañeros del C.P. Ruperto Chapí que hace ahora 40 años nos disponíamos a gozar nuestras merecidas vacaciones estivales, aquellas que parecían durar tres años, después de haber superado 1º de EGB.

El germen de esta reunión se encuentra en una fotografía tomada durante el curso 78/79 cuando cursábamos 5º que nuestro compañero Roberto Alvarado envió, durante su residencia en Lérida, al blog de nuestro amigo Santi Hernández  “Villena Cuéntame”; está claro que mirando las cosas desde la distancia, las vemos con más perspectiva.    

Cuando se captó aquella instantánea nos encontrábamos en el final de la primera etapa, nuestro cole se ubicaba en la Plaza de las Malvas y nuestro aula justo encima de la esquina que hoy ocupa el Mercadona. La calefacción en los gélidos inviernos villenenses corría a cargo de una exigua estufa de butano y las inexistentes instalaciones deportivas impedían la impartición de la asignatura de educación física.El recreo se celebraba en la calle con tráfico rodado que, escaso, circunvalaba toda la plaza de Las Malvas y nos obligaba a suspender temporalmente los apasionantes partidos de “piñapié” que disputábamos con el fruto de los cipreses que aun la habitan. Que poco nos hacía falta para ser felices, que contraste con el “me aburro” de los actuales infantes poseedores de la DS, la Play, la Xbox, la tablet y los balones oficiales de futbol, de baloncesto… A veces menos es más.

Esta imagen hizo que naciera la curiosidad por saber que habría sido de todos aquellos chiquillos, la idea rondaba cuando coincidíamos alguno pero no fue hasta las pasadas navidades cuando las nuevas tecnologías produjeron la chispa,  la creación de un grupo de WhatsApp que se fue alimentando rápidamente con los contactos aportados por unos y otros, consiguiendo que en dos meses estuviéramos todos localizados, salvo nuestro compañero Baldomero tristemente desaparecido (QEPD).

Entre nuestros compis contábamos con Salva, el hijo de Don Salvador, el profesor que nos lo enseñó absolutamente todo, durante aquella primera etapa: a sumar, a restar, a escribir, a leer, a convivir, a tolerar, a respetar… Don Salvador acudió “engañado” por su hijo al punto de encuentro – “Pub JJ” para más señas- y tras el desconcierto inicial, uno a uno fue reconociéndonos a todos por nuestro nombre y apellidos, con la indispensable ayuda del retrato de marras. Desde allí nos trasladamos a comer a “La Jaima” donde le entregamos a nuestro querido profesor una lámina conmemorativa, réplica de la recientemente aparecida en el monográfico Villena cuéntame “Villeneros de la EGB”  publicado por portada.info,  dedicada por todos los asistentes.

Realizada la foto de rigor que deja constancia de este primer reencuentro y aprovechando que nuestro compañero Salva Quiles tenía allí expuesta una muestra de su obra pictórica,seguimos la tertulia en “La Taifa”  donde tras muchas carcajadas y recuerdos compartidos, echando de menos a los que por motivos personales, familiares y laborales no pudieron acudir a la cita, entre bromas y risas comenzamos a preparar la próxima actividad: el viaje de “fin de curso a Mallorca”. No sé si esta aventura llegará a puerto, de lo que sí estoy seguro es de que, parodiando al gran Bogart en Casablanca,  este es el reinicio de una hermosa amistad.

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