Carta a los sabios de Occidente

  • 3 enero, 2014
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Queridos Sabios de Occidente, pues al parecer no fuisteis  reyes, sino sabios ¡mejor, nunca nos ha caído bien la realeza! Y no procedíais de oriente, sino de occidente. Quizá con el tiempo se descubra también que no eráis sabios, sino sabias, en femenino. Bueno en cualquier caso, este año queremos pediros la ya consabida salud, pues con el copago en la sanidad la vamos a necesitar más que nunca, pero además, queremos pediros que traigáis un poco de lucidez para nuestros gobernantes, ya que parece que viven en la inopia. Hacen todo lo contrario de lo que propusieron en su programa electoral, salvo algunas cosas, como es el de la vuelta al pasado en los derechos reproductivos y de salud sexual de las mujeres. Decían en su programa: cambiaremos el modelo de la actual regulación sobre el aborto para reforzar la protección del derecho a la vida, así como de los menores. Y el ministro Gallardón presenta el Anteproyecto de Ley Orgánica para la protección de la vida del concebido y de los derechos de la mujer embarazada como si hasta ahora no hubiera tenido derechos.

No se han enterado de que las mujeres no necesitamos que nos tutelen o nos digan si podemos o no llevar un embarazo a término. Nosotras lo sabemos mejor que nadie.

Quieren proteger la vida del concebido y no nacido, cuando éste todavía no es un ser humano, pero se olvidan del derecho a una vida digna de los dependientes ya nacidos, y se olvidan  del derecho a la vida de las mujeres y las quieren obligar a llevar a término un embarazo no deseado.

No se han enterado de que el artículo 15 de la Constitución no puede atribuir el mismo derecho a sujetos desiguales. La atribución del derecho a la vida de las personas, solamente se puede extender al nasciturum o no nacido a partir del momento en que es capaz de vivir independientemente de la mujer. Luís Arroyo (Profesor de Derecho Penal)

No se han enterado de que la maternidad debe ser elegida, nunca impuesta. Ser madre debe ser una elección que encuentre su sentido dentro de un proyecto de vida determinado y nunca puede ser un proyecto de vida por sí mismo.

No se han enterado de que el derecho a ser madre o a no serlo debe ser entendido como la posibilidad de elegir y no de defensa del aborto en sí mismo que es en cualquier caso una agresión al propio cuerpo.

Aunque también es posible que estemos equivocadas y no estén en la inopia, sino que quieran congratularse con los sectores más recalcitrantes de la iglesia y de su partido y de ahí esta vuelta a las cavernas. Son muy libres de hacerlo y admitimos su discrepancia con el derecho de las mujeres a ser madres o a no serlo en un momento determinado, pero lo que no podemos aceptar es que intenten imponer al resto de la sociedad, es decir a todas las personas, creyentes o no sus creencias, y mucho menos que traten de limitar el desarrollo de los derechos y libertades constitucionales. 

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