Cambios
- 22 agosto, 2010
- Comentarios

Para alguien que ha vivido su infancia en el barrio de la “Morenica” y que ha jugado y callejeado en la zona del Grec, la profunda transformación sufrida en ese lugar durante los últimos años resulta difícil de encajar, porque ya nada es lo que era y porque, parte de esa niñez ha quedado hoy sepultada debajo de los edificios, atropellada por el alquitrán que hoy se impone formando calles donde un día hubo huerta.
Para alguien que ha jugado a esconderse entre el maizal, las “panochas” como se dice en Villena; que se ha creído una estrella del fútbol entre la asilvestrada hierba que crecía aquí y allá pero que a uno le parecía el cuidado césped de un gran estadio; para alguien que se ha apropiado a hurtadillas de un par de manzanas aun cuando estuvieran todavía verdes; que incluso ha arriesgado su integridad física en una intensa y despiadada batalla de lanzamiento de piedras, intentar reconocer lo que en el pasado consideró su territorio resulta tarea imposible.
Los cambios, muchas veces necesarios, entrañan riesgos, porque en el proceso de modificar el presente, perdemos muchos de nuestros recuerdos. La vida nos obliga a dar pasos hacia adelante, pero siempre reconforta tener la posibilidad de volver la vista atrás y reconocernos, a lo lejos, como el niño que una vez fuimos. Privados de esa visión, corremos el peligro de desorientarnos en el camino.
Dicho esto, he de reconocer que la zona del Grec, tras su inaplazable urbanización, ha ganado lo suficiente como para compensar lo que ha perdido. Contrasta en esto con los terrenos que se extienden al otro lado en su viaje hasta el paraje de las Fuentes, donde únicamente la construcción del tercer instituto se ha visto satisfecha, quedando el resto de la extensa parcela abandonada a su suerte.
A una y otra zona se refería el otro día la alcaldesa, acompañada de la concejala de Urbanismo Residencial. Se habló de la inminente apertura al tráfico de la zona del Grec, así como de la inauguración de la pista polideportiva y del bulevard aledaños a los centros educativos. Pero también se habló de la otra zona, la de las Fuentes, insistiendo en los problemas de distinta índole que se dan en ella y que, de momento, han paralizado cualquier actuación, incluida la de la construcción de “un posible centro comercial“, según palabras de la citada concejala.
De todo lo manifestado, me llamó especialmente la atención ese “posible”, sobre todo porque en marzo de 2008 se anunciaba a bombo y platillo el acuerdo entre General de Galerías y Jardines del Grec; acuerdo que abría las puertas a la futura construcción de ese centro comercial que iba a dar 2500 puestos de trabajo, tal y como se nos decía entonces desde el equipo de gobierno. Los acontecimientos posteriores de sobra conocidos, forzaron a que, lo que, en ese momento, se presentaba como una realidad vuelva a mostrársenos hoy como una posibilidad, una posibilidad solicitada en muchas ocasiones por los ciudadanos y que no ha sido atendida legislatura tras legislatura; una posibilidad, al parecer, abocada al fracaso.