Biar cedió la Mahoma a Villena

  • 12 mayo, 2014
  • Comentarios

Biar fue testigo ayer de la renovación del compromiso festero por el que los habitantes de la villa entregan la efigie de Mahoma a los representantes de Villena para que la custodien hasta el próximo 8 de septiembre, cuando de nuevo los villenense  la devolverán.

Tras la guerrilla- que tuvo lugar en el cerro de San Nicolás en el mismo emplazamiento donde en 1245- el rey Jaime I estableció su campamento para conquistar la villa- las tropas de las huestes moras y cristianas se desplazaron a la plaza de la Constitución donde tuvo tras el aviso de la llegada de las huestes cristianas a la plaza, tuvo lugar la embajada. El embajador el cristiano pidió la rendición a las tropas de la media cruz, alertando del derramamiento de sangre y encomendando a sus tropas a la Virgen de Gracia. Pero la respuesta del embajador moro, a tales ofensas fue tras desempuñar el sable iniciar la lucha al grito “Luchar y morir”.

Después de la victoria de  las tropas de la cruz que volvieron a reconquistar la población, la efigie de Mahoma, símbolo del bando moro abandonó el castillo.

Como marca el protocolo- una tradición que se remonta desde 1839- la alcaldesa de Biar, Magdalena Martínez, entregó la efigie de Mahoma al alcalde de Villena, Javier Esquembre, quien pidió llevarsela a Villena y prometió  custodiarla hasta el próximo 8 de septiembre, cuando pase el verano. Asimismo, Esquembre le dio un pergamino con el que rubricó el compromiso de los villenenses de conservar la efigie. En esta edición en el documento se representaron las pastas y licores típicos de ambas poblaciones, en Biar los rollos, “les fogasses”  y mistela y por Villena, los sequillos y el kataquí. Asimismo se redactó la tonadilla que los biarenses recitan cuando la efigie abandona la población: “La Mahoma de Biar menja rotllos y fogasses, la hi porten a Villena i la inflen a remolatxes”, con ella Martínez dio por concluido el pacto entregando la Mahoma.  Cada año el villenense, José Hernández, es el encargado de elaborar este documento con el que se sella el pacto festero.

Una  vez finalizado el tratado dos de las comparsas de moros, Nous y Vells tomaron a la efigie de Mahoma y no la dejaron hasta el final de La Torreta. Con los sones de la tonadilla que suena durante el “Ball dels Espies”, Biar  le dijo adiós esperando que llegue el 8 de septiembre para recibirla de nuevo.

A la Entrada del casco urbano de Villena,autoridades locales, Regidoras, cargos festeros y presidente de comparsas esperaron a la Mahoma. La arcabucería presidió el paso de la Mahoma hasta su morada de verano, la Casa del Festero de la Junta Central de Fiestas. 
Más de 200 arcabuceros de las catorce comparsas  llenaron las calles de Villena de pólvora.

Deja tu comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *