Aviana en la ruta de Moraira a Benitachell
- 13 junio, 2022
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El 12 de junio 46 socios y socias de Aviana realizamos la penúltima salida antes del verano con una ruta que discurre desde Moraira a Benitachell.
A las siete de una mañana que ya anunciaba el caluroso día que iba a hacer, nos reunimos, como es habitual cuando vamos en autobús, en la puerta del bar Melecio, para realizar esta esperada excursión con un refrescante final.
Poco antes de las nueve llegamos al “Camino de la Viuda”, en las afueras de Moraira y comenzamos la ruta descendiendo unos dos kilómetros por el Barranco de la Viuda, una senda pedregosa con bastante vegetación, hasta llegar a la Cala Llebeig.
Esta pequeña cala está guarecida por altas paredes montañosas y solo se puede llegar a ella a pie o en barca. Las rocas son grandes y angulosas y el mar, de un intenso azul turquesa, golpea sin cesar la costa.
Resultan curiosas las construcciones parecidas a refugios que hay, las casitas e, incluso, una choza excavada en la roca.
Aprovechamos este lugar para recobrar las fuerzas con un buen almuerzo en el que no faltó de nada y, después de mojarnos un poquito los pies y de hacer las imprescindibles fotos, continuamos la ruta ascendiendo a la parte alta del acantilado y volviendo a descender para alcanzar la Cala Moraig por un sendero que discurre pegado al mar. ¡Las vistas son espectaculares!
Desde lo alto se podía apreciar mejor cómo las rocas llegaban hasta el mar con formas caprichosas debido a la erosión y cómo el color azul del mar, en muchas ocasiones, cambiaba de color adquiriendo tonos verdes.
Durante la ascensión pasamos por varias cuevas-refugio: la Cova del Morro del bou y la Cova Domingo l’ Abiar. Ambas cuevas están adosadas al acantilado y tienen una pared de tierra seca que cierra la cavidad natural, dejando una abertura sin puerta a la entrada. La zona tiene una flora de elevado valor ecológico porque está adaptada a unas condiciones de salinidad extrema.
Llegados al final de la cuesta nos sentamos en el Mirador del Moraig y contemplamos parte de los grandes y abruptos acantilados que forman esta zona costera. Allí pudimos refrescarnos en las fuentes y descansar un ratito aprovechando el recién inaugurado merendero. A continuación descendimos hasta “Cala Moraig”, bonita playa de grava y aguas transparentes donde nos dimos un baño refrescante después de la caminata. Los gritos y las risas llenaron el espacio debido a lo fría que estaba el agua y a la alegría por ser uno de los primeros baños del verano en el mar.
Después de este primer baño visitamos otras formaciones rocosas muy interesantes:
– La Cova dels Arcs, una de las cavidades marinas más importantes de la costa alicantina. Preciosa gruta a la que se accede por unas empinadas escaleras. En su interior se estaba muy fresquito y es impresionante el color violeta de sus rocas, producido por las algas. Allí la temperatura daba un respiro.
– La Falla del Moraig, una pared rocosa estriada casi vertical, a la que se asciende por una senda empinada. Al final de la barandilla de la senda se observa la laguna de salida el Riu Blanc.
Después de esta último recorrido que fuimos realizando de manera escalonada, regresamos a la cala Moraig, donde nos acomodamos para comer frente al Mediterráneo disfrutando de ricos alimentos, bebidas fresquitas y, como es una constante en nuestra asociación, muy buen humor.
Después de los cafés y alguna que otra siestecita, a las 16:30, iniciamos el regreso por una cuesta que ha resultado bastante dura a esa hora del día.
Han sido unos seis kilómetros por la línea costera, en un maravilloso día de sol, donde todos pudimos disfrutar del paisaje, la luz, la compañía y el buen ambiente que siempre acompaña a las actividades de AVIANA.
¡Gracias a nuestras guías Carmen y Conchi por esta maravillosa experiencia!
Rosa I. Navarro Gallego