Anécdotas sobre la gestión de la pandemia
- 22 enero, 2021
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A.G
Pienso que hay cuestiones para analizar, y plantearnos seriamente si con las cabezas pensantes que están dirigiendo nuestro destino tenemos pocas, muchas o ninguna oportunidad en superar esto que nos ha tocado vivir.
Al comienzo del primer confinamiento y teniendo claro que en mi trabajo habitual tenia poco que aportar, ofrecí mis servicios a las autoridades sanitarias.
El asunto es que en mi juventud me titule como Técnico Superior en Análisis Clínicos y Biomédicos, y por ello me ofrecí como voluntario ante esta crisis de manera totalmente desinteresada, reconociendo que por mi falta de rodaje, quizás mi trabajo podría estar más encaminado en funciones de ayudante, pautas rutinarias o limpieza de equipo.
He de indicar que mis servicios los oferte a los hospitales de Elda, Alicante, Yecla y Almansa, no habiendo recibido a día de hoy ni tan siquiera un acuse de recibo de mis correos. Es posible que mi persona no pareciera necesaria, pero permítanme pensar que esto es un cero en cortesía.
Desde entonces casi ha transcurrido un año en el que las mascarillas no eran recomendables, y luego obligatorias, íbamos a tener algún caso residual y luego miles de muertos, habrían vacunas para todos, y ahora resulta que a este ritmo estaremos inmunizados en 2030.
También es curioso que a pesar de todo esto, sean los mismos los que siguen dirigiendo el cotarro.
Nadie es despedido por no dar resultados, nadie se va a su casa reconociendo que no domina el tema, y todos se permiten seguir dándonos consejos, e incluso dictando recortes a nuestras libertades, que ojala sirvan para aliviar algo.
Mis anécdotas siguen cuando sospecho que he podido pasar el covid de manera asintomática, ante lo cual me dirijo a una clínica privada, donde se certifica mediante un test de anticuerpos que mi plasma es rico en defensas para el virus.
Vuelvo a alucinar cuando después de leer en prensa que a pesar de los buenos resultados de las terapias de plasma, muchas se habían tenido que suspender por escasez de donantes.
Tengo que decir que después de verificar que por plazos, edad, peso y demás, estoy dentro del grupo que podría donar sin problemas, pero después de llamar a mi centro de salud de Villena y al hospital de Elda, lo único que puedo verificar que las noticias de prensa sobre los tratamientos con plasma también los habían leído los que me cogieron el teléfono, pero que tampoco saben que es lo que puedo hacer con mi sangre.
En conclusión.
Me gusta pensar que soy un hombre optimista, pero creó que no estoy muy tranquilo, y no sé si me fio de toda esta camarilla.
Suerte a todos.
A.G.