Acho, pijo, Feliz Navidad

  • 22 diciembre, 2009
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Acho, pijo, Feliz Navidad

Las navidades siempre tienen un aire melancólico y un poco tristón. Se notan más las ausencias, son más tristes las despedidas, nos asusta más la soledad,  y con tanta lucecita y tanto villancico, ¡qué difícil resulta escapar de ellas! 

La historia del niño nacido en un pobre pesebre en  
Belén, auxiliado y venerado por  ángeles, pastores y reyes no deja de ser un bonito cuento de Navidad, y que me perdonen los muy creyentes; un cuento como el de los tres espíritus navideños que visitaban al hombre avaro haciéndole cambiar. Cuentos llenos de buenos ejemplos de solidaridad, de bondad y buenas acciones. De mayores, estos cuentos  dejan de generarnos esa ilusión de antaño porque alguien se empeñó en contarnos el  dramático final del niño de Belén y que ni el gordo de rojo ni los tres magos eran de verdad, y sobre todo  porque la experiencia nos enseña que  los malos siguen siendo malos por muchas navidades que les pasen por encima. 

La cosa mejora un poco si hay críos en casa porque suelen contagiarnos con su cándida ilusión, su profunda fe en los Reyes Magos o en Papá Noel, su entusiasmo por ver como las casas se llenan de luces, árboles y  belenes o vernos cambiar los muebles  de sitio para recibir a las familias que en esos días se hacen más grandes. 

No soy un entusiasta de la Navidad pero tal vez debido a mi pasado de católico practicante  he de reconocer que en estas fechas me invade una irresistible necesidad de formular buenos deseos y transmitirlos a mis seres queridos; las Navidades me invitan a recordar a los amigos que viven lejos y a los que viviendo a cuatro pasos hace mucho que no veo; es una época para enviar fotos de los chiquillos y ponernos al día de cómo nos va la vida.  Hagánlo, feliciten a sus familiares y amigos la Navidad, aunque no crean en ella. Es una buena excusa como otra cualquiera para los reencuentros. 

La cosa es sencilla y los  métodos son variados. Escoja, por ejemplo,  unas postales navideñas, a poder ser de corte solidario y escriba un mensaje estándar, o personalice sus tarjetas con mensajes adecuados para cada destinatario. Si no le va lo de escribir, le sugiero otro método que además resulta muy beneficioso para el medio ambiente por el ahorro de papel que supone: reutilice las postales que reciba; vuelva a enviarlas a las personas que se las remitieron a usted con un simple añadido. Casi todas dicen aquello de que  los buenos deseos se cumplan, la prosperidad para el año venidero, que disfrutes estas fechas entrañables en familia  etc. Vuelva a enviar la postal añadiendo un  GRACIAS, IGUALMENTE. O para el caso de que la felicitación no haya sido de su agrado o el remitente no sea santo de su devoción, añada entonces un QUE TE DEN. No se quede con las ganas.  Si le han dejao sitio en la postal, lo añade a Boli y au. Si no le queda sitio,  pegue  un pos it con la respuesta. Puede parecer un poco cutre pero a la fin y a la postre es como responder o reenviar los emails pero usando el correo ordinario, el de toda la vida 
 
 Por el texto no se preocupe. Si no le sale nada original puede acudir a las letras de los villancicos o algún anuncio de la tele. Uno que suele dar mucho juego es  aquel mítico de la  Coca Cola que hicieron los argentinos, aquel de para los altos, para los bajos…Algunos suelen usarlo de manera reiterada e insistentemente para felicitar las Navidades año tras año, con muy poca gracia y con más pena que gloria.  Si va a usarlo le aconsejo encarecidamente que vea el  vídeo publicitario de la cerveza Estrella de Levantemarca de cerveza de la región de Murcia. Ese si es un buen  homenaje al mítico anuncio argentino. Pero  que jartá a reírme. Y es que además el murcianico narrador es clavaico clavaico a mí cuando voy chispao que se me pega el acento villenero al riñón que da gusto oírme. Véanlo, véanlo, y comprobarán como el anuncio es como muy de nuestra tierra: ” Pa los que no ven un pijo, pa los que tienen azogue,   pa los que están baldaos, pa los ca bemos y pa los que san pirao, pa los de la playica, pa los de la obra,  pa los tonto el pijo…” 

Si se le ha echao el tiempo encima y lo que quiere es inmediatez, no le va a quedar otra  salida que  la de la red tan llevada y traída estos días atrás. Indeseables hay en todas partes, también en Internet pero tratar de penar a todos los usuarios por pensar que por serlo ya estamos avocaos  al vil delinquimiento…. Hay muchas webs que te ofrecen tarjetas navideñas internátuicas gratis o a un módico precio. Las hay muy buenas. Los del Jueves le han sacado provecho al tío del taparrabos, el prota de uno de los vídeos por los que el Rey del Pollo Frito consiguió que le cerraran el canal del Youtube.  Más clásicas las tienen en la web de correos que se ha tenido que poner las pilas en esto porque parece que cada vez somos menos los de los christmas con el sobre y el sello.  

Y si lo suyo no son ni la navegación ni los emails, siempre le queda el móvil. Pero para los sms espere un poco más, a poder ser el mismo día de Noche Buena. Pero no se olvide de empezar tempranito sino luego tendrá  problemas con las líneas. 

Y por supuesto, no renuncie usted a los abrazos, los besos, los apretones de manos…Son esenciales en esta época del año. Délos con sinceridad, los besos han de ser besos, no simples roces de mejillas, y cuanto más sonoros mejor. Los abrazos, fuertes y cuando dé la mano, no la deje caer, déla con firmeza.  

La Navidad es tiempo de reconciliación pero si a usted no le apetece poner el contador a cero, no lo haga. Para eso hay más días que longanizas. Y si no le apetece vestirse de Papa Noel por los chiquillos, a pesar de que da usted el tipo, no lo haga. Si a usted no le van estas fiestas porque sólo cree en las de moros y cristianos, pues póngase el traje de piratilla y dese una vuelta por los brindis navideños de las comparsas. Que no le invada la melancolía, disfrute como más le convenga, pero  ACHO PIJO, DISFRUTE LA NAVIDAD  y por si acaso fuera cierto lo de la magia, no se olvide de  formular buenos deseos. Estos son los míos, por si le sirven de algo: menos deudas, más puestos de trabajo,  menos hipotecas y  una pronta recuperación de la economía para que a todos nos vaya bonito, deseo, como me dice mi hijo con cara de bueno cuando le digo que no pida sólo juguetes, que todos seamos amigos y que por fin en el mundo triunfe la paz. Y lo deseo de todo corazón. FELICES FIESTAS.

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