Balance y esperanza
- 29 diciembre, 2022
- Comentarios
Se acaba un nuevo año, y como siempre en estas fechas toca hacer balance de lo que ha sido este 2022 para todos nosotros y para nuestra ciudad.
La verdad es que nos alegramos en primer lugar que la pandemia del COVID esté rebajando su influencia en nuestras vidas, aunque siga presente no condiciona toda nuestra actividad laboral, social y festiva.
Este 2022 ha sido un año en el que varias de nuestras actividades festivas más esperadas se han podido volver a realizar, con prudencia, pero con la explosividad y alegría que las caracteriza, llenando nuestras calles y barrios de música, alegría y participación. Muchas actividades de nuestras Asociaciones culturales, musicales, deportivas, sociales, vecinales y demás grupos asociativos han podido realizarse de manera que sus proyectos e ilusiones veían como podían volver de alguna manera a esa llamada “nueva normalidad”.
Desde luego hay que agradecer enormemente el poder del asociacionismo de Villena, que trabaja incansablemente cada uno en su parcela y cometido para conseguir que nuestra ciudad siga viva y tenga esa gran variedad y riqueza que proporcionan en todos nosotros y nosotras. Si Villena avanza algo creemos que es en gran medida gracias a ello.
Lamentablemente no podemos decir lo mismo de nuestro Ayuntamiento. La historia de estos últimos años se repite por desgracia una y otra vez. Los principales temas y más urgentes que tiene Villena que resolver siguen estando ahí. La lentitud en las tramitaciones, aprobaciones y autorizaciones provoca el estancamiento del crecimiento y el desencanto generalizado. Cuando nace el entusiasmo por emprender algún negocio, alguna actividad económica o empresarial nueva, te encuentras con la barrera que supone nuestro Ayuntamiento por su lentitud y por los problemas que supone el iniciarlo, que provoca el desanimo entre los emprendedores o lo que es peor todavía que se busquen otros lugares fuera de Villena donde desarrollar esas iniciativas. A esto tenemos que sumar las empresas, comercios, restaurantes y autónomos que han tenido que cerrar sus proyectos al no ver una salida a su situación.
Una ciudad no crece solamente arreglando y asfaltando calles, hay que tener un proyecto mucho más ambicioso de activación económica y social, y no simplemente un maquillaje o pequeño lavado de cara.
Nos queda la esperanza del próximo año, el 2023 es un año que tenemos que afrontar con ilusión en el que todo puede empezar a cambiar. En el mes de mayo habrá seguro elecciones municipales, y también autonómicas si no se adelantan para antes. En esas elecciones podemos poner los cimientos necesarios para que todo se active, para ello es necesario que cambien los partidos que nos gobiernan en Villena y en la Comunidad Valenciana. Trabajemos para ello. Mientras llega ese momento os deseamos que paséis unas muy felices Navidades y lo del año que viene está en nuestras manos.