La libertad de expresión es insobornable

  • 9 marzo, 2009
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La verdad es que nadie me indico o advirtió que escribir tiene sus riesgos. Y más riesgos en este pueblo. Nadie me dijo de la falta de libertad que se rezuma por ciertos medios locales de información. Un día nos presentaron y al saber que me gustaba escribir, la directora de Inter comarcal digital, me ofreció escribir en dicha página, y le remitiera los escritos a su Hotmail personal. Seguidamente me puse a escribir desde la libertad. Pensando que la libertad no tiene precio, no está tasada. Escribir en libertad es como decir que el agua es transparente. Al obvio. Pero no. De repente mis artículos empezaron a molestar a la directora de este medio informativo. Sin tardanza, estuvo mareando mis artículos para ver si dejaba de escribir. Es fórmula muy sencilla. Algunos de mis lectores me llamaron y me preguntaron el porqué de no escribir en dicho  medio. La directora de este periódico intento jugar al escondite. O sea no dando la cara a mis requerimientos, para que me informará si había algún problema en mis escritos o tenía que cambiar de bando. Ninguna de las dos cosas, pues nunca recibí respuesta. Seguidamente  le remití un escrito a está “señora”  dándole las gracias por su amable atención. Mis lectores (que los tenía) me siguen respetando y leyéndome en otros medios periodísticos comarcales y locales y su directores también. No es la primera vez que sufro la censura por parte de este medio digital ” Inter comarcal-digital “. En el otro bando o banda ya me lo hicieron también. Y el mismo PP también me lo hicieron. Un alcalde de entonces, me envió un mensajero porque me metía mucho con el y con el Intendente de la policía Municipal. Tengo una carta.

          Es decir, a los políticos les pago yo. Perdón. Les pagamos usted y yo. Y ellos utilizan sus sueldo para jugar contra el mió. Sus nóminas domiciliadas para recortar. O eliminar la mía.  No ha pasado nada. Pero, ¿ lo entienden? Se le llenará la boca de libertad. En vez de estar entretenidos con el mercadeo de nuevos empleados de confianza.(más sueldos), se ocupan de este pobre aficionado a escribir para sus vecinos. Nadie me advirtió. Pero me lo imaginaba, que el poder no esta en el pueblo, sino, en aficionados directores de gacetas o hojas parroquiales digitales, y políticos que medran por conseguir la mejor nómina del Ayuntamiento, sin importarle lo que piensan o pueda pasarle a nuestros ciudadanos/as. Inmediatamente, estos ponen la maquinaria para que no exista crítica, Y de sopetón, yo que les voto a ellos, digo lo que no quieren oír. Y además les pago. La democracia no es votar cada cuatro años y ancha es Castilla. La libertad de expresión es magna idea. Innegociable. Intocable. Insobornable. Nadie me advirtió de lo que suponía ser candidato por un partido político. Nadie me dijo que me llamarían vecinos, amigos, conocidos para felicitarme, pero lo han hecho. Me llamaron más  personas de la izquierda ideológica. Pero nadie me avisó que la envidia, sería tan mala.

          Que  haya gente que se levante todas las mañanas deseando el mal a los demás, o que a los demás nos deseen que no nos pasen cosas buenas, tiene guasa. Yo me levanto todas las mañanas pensando en mi gente, mis vecinos, mi familia, mis amigos. No es coña. Será un principio moral, o de la OJE que lo fui. Que seguramente he heredado de mis padres. A mí los que no me caen bien, ni siquiera me interesa para lo malo. Los inhumanos, los perdona vidas, los que critican por hacer daño, como si fueran los mas limpios de corazón y nunca hubieran hecho nada corregible. Cuesta mucho vivir con tantas olas marinas, que hacer el mal debe de ser muy esforzado. Y debe roer interiormente. No me pasa. Me dedicó a disfrutar de los gratos momentos que me ofrece mis experiencias vitales, que son maravillosas y muchas. No debería haber perdido ni un solo minuto en escribir este artículo, pero nadie me advirtió que tantas palabras supusieran tanto riesgo. Pero ya son tantos años que vale la pena seguir. Es lamentable que los principios éticos estén desapareciendo. Nuestra democracia es muy joven, apenas una treintena, pero algo debe cambiar para que podamos recuperar la confianza en las personas y en los políticos. Es necesaria una gran catarsis para acabar con el circo que nos rodea. Sería conveniente que nuestros políticos se pusieran de una vez de acuerdo para recuperar los modelos de conductas, olvidados por estos, para dignificar sus oficios y mejorar su credibilidad, sin olvidad esa libertad que tanto sacrificio a costado a los ciudadanos de un lado y otro. Y por último decirles a esos nuevos censores de la libertad de expresión que siembre será: Innegociable. Intocable y Insobornable.

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