Mi familia Almogávar

  • 3 septiembre, 2010
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Mi familia Almogávar

Para los villeneros nuestras fiestas tienen un significado muy especial, así como también lo tiene, para cada festero, la comparsa a la que pertenece. Para mi, como villenera y festera que soy, también tiene un significado muy especial formar parte de la familia almogávar. Y digo familia porque así es como la sentimos los que pertenecemos a ella, como una gran familia, aunque seamos una pequeña comparsa.  

Si hay algo que nos caracteriza, es que hacemos todo lo posible para que nuestros amigos y conocidos se sientan parte de la familia y, creo no equivocarme, al decir que lo conseguimos. Prueba de ello son nuestros conocidos almuerzos y verbenas populares, las divertidas retretas en las que tanta gente participa, los campeonatos anuales que se celebran en nuestra sede, etc. De hecho, conozco muchísimos casos de personas que, tras probar la experiencia de ser por unos días almogávares, han decidido apuntarse a nuestra comparsa. Bien sea desfilando, compartiendo almuerzos o aperitivos, discutiendo en reuniones o juntas, siempre, siempre, se respira un ambiente incomparable. Así somos la familia almogávar, una gran esencia guardada en un pequeño frasco. 

Soy almogávar desde que nací, al igual que mis hermanos. Mi padre se apuntó a esta comparsa, siendo joven, con un grupo de amigos. Con el tiempo, algunos de sus amigos dejaron la comparsa, pero él siguió adelante, implicándose cada vez más en la misma. Ha pasado por muchos cargos dentro de diferentes directivas, pertenece a la escuadra de Salvajes desde hace muchísimos años y todos los almogávares, mayores y jóvenes, lo conocen y saben que pueden contar con él para lo que necesiten. Mi madre, aunque no es socia activa, también es almogávar de corazón. Ha colaborado desde siempre con la comparsa; preparando rollicos de vino para las presentaciones, lavando sábanas para las camas de los músicos, cosiendo y preparando los trajes para los desfiles, y un largo etcétera. Juntos han conseguido que en casa, todos, desde bien chiquititos, amemos a esta comparsa. 

Los almogávares tenemos 4 escuadras especiales, a cual mejor: Adalides, con ese porte que los caracteriza y hace que se te encoja el corazón al verlos desfilar, Almocádenas con ese espíritu guerrero pero femenino que sólo las mujeres almogávares sabemos llevar,Salvajes, una escuadra legendaria en las fiestas de Villena, a la que todo el mundo ansía ver desfilar con ese singular paso que los caracteriza y Montañesas, una joven escuadra con muchísima ilusión y ganas de hacerlo bien.  

En mi caso, el corazón lo tengo dividido entre dos de estas escuadras: Salvajes y Montañesas. Desde chiquitita “he sido” Salvaje, pues con apenas 40 días de vida ya me vistieron con el traje de la escuadra. Los años siguientes los recuerdo saliendo en la carroza salvaje, con mis hermanas y el resto de niños salvajes, con los trajes que nuestros padres nos preparaban, acorde a los suyos. Ahora también forman parte de esta escuadra mi hermano y mi marido, por lo que me sigo sintiendo parte de ella. Pero por otra parte, está la escuadra de Montañesas. En el año 2008, junto con mis hermanas y un grupo de fantásticas amigas, creamos esta escuadra. Nunca olvidaré ese año. Fueron unas fiestas muy especiales para mí, pues además de estrenarnos como escuadra especial, yo también acababa de estrenarme en mi papel de madre. Muchas novedades, muchos nervios, pero todo, todo, resultó mucho mejor de lo que podría haber imaginado. Mi hija, siguiendo con la tradición familiar, con sus recién cumplidos dos meses, además de su traje de almogávar, también lució ese año su traje de montañesa, pasando a ser una más de la escuadra.  

Este año 2010 de nuevo nos toca desfilar como escuadra, por lo que ahora son días de muchos preparativos: últimas pruebas del traje, maquillaje, ensayos, arreglos del local, y un largo etcétera que hace que los nervios empiecen a notarse. Ya puedo sentir ese gusanillo que recorre mi estómago y que me dice, me grita, que las fiestas ya están aquí.  

A los que no conozcáis todavía esta maravillosa comparsa, os invito a hacerlo este año. Los almogávares tenemos ese algo especial que hace que quien nos conoce, no puede evitar enamorarse de alguna forma de nosotros, si no, que se lo digan a mis amigos, que nos “acusan” de convertir en almogávares a todo el que tocamos. 

Me despido deseando a mis montañesas, almogávares y villeneros en general que paséis unas felices fiestas. Pero muy especialmente a mi sobrina Inma, esa preciosa regidora infantil que este año tenemos en Villena. Le deseo que, junto a Judith, disfrute al máximo de estas fiestas 2010, porque sé que nunca, nunca, las olvidará.

Virtu Muñoz Espinosa. 

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