Tiempo de otoño, tiempo de madroños
- 28 septiembre, 2021
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Y ya estamos en otoño, y es tiempo de recolección de setas y también el momento de la fructificación del madroño (Arbutus unedo L.), que lleva esperando casi un año para mostrar por fin sus frutos de color rojo intenso. Aunque llamativos y apetitosos, estos frutos hay que consumirlos con precaución, ya que fermentan con facilidad y rapidez durante la digestión por su alto contenido en azúcares, pudiendo llegar a producir un 0,5 % de etanol, de ahí que uno de sus nombres vernáculos sea “borrachines”, un nombre que lo dice todo. Ya lo advertía Plinio el Viejo en sus Historia Naturalis, quien dijo de estos frutos “Unum tandum edo” [comed sólo uno]; y es de ese vocablo latino (unum) de donde deriva el epíteto específico de la especie: unedo. Así que, ni que decir tiene que la ingestión de muchos de estos frutos nos podría provocar un inesperado estado de embriaguez, o incluso dar positivo en un control de alcoholemia. Y habría que ver la cara de los agentes al oír nuestra “peregrina” explicación… todo un poema.
El madroño es un arbolito mediterráneo, perennifolio, de hojas coriáceas y finamente serradas, muy familiar para todos los villeneros, al menos por su nombre. Tenemos el orgullo de ser paisanos del escultor Antonio Navarro Santafé, el autor de la famosísima obra “El oso y el madroño” que luce en la puerta del Sol de Madrid. Los historiadores no se ponen de acuerdo de cómo aparece este símbolo en el escudo de Madrid, pero hay indicios de su presencia en él desde el siglo XIII. Pero, ¿por qué un madroño en Madrid?… Eso es aún un misterio, porque en la actualidad esta planta está desaparecida en los montes de Madrid, siendo una especie que prefiere climas más benignos y lluviosos e inviernos con pocas heladas.
Sin embargo, en Villena tenemos una buena representación de esta especie, con formaciones abundantes en algunos barrancos de la Sierra de Salinas. Es una planta que necesita ambientes húmedos y en estas ubicaciones encuentra resguardo y agua suficiente para medrar. Por otra parte, existe en nuestro municipio un madroño que está catalogado como “árbol monumental” en Peñarrubia. Un ejemplar magnífico, de siete metros de altura que ha quedado aislado en una finca agrícola. Pero, para quien no quiera andar tanto, en el Paseo Chapí la Generación del 69 plantaron uno.
Este árbol de la familia de las Ericáceas, como los brezos, tiene las flores con la corola soldada en forma de urna (urceolada es el nombre botánico que se usa para definirla) y es común que los frutos maduros coincidan con las flores, ya que tardan mucho en cuajar, y los que vemos provienen de las flores del año anterior. Sus frutos redondos y rojos, y con la superficie cubierta de pequeños tubérculos, son muy dulces y, como se ha comentado anteriormente, muy fácilmente fermentables. En medicina natural se han utilizado como un potente diurético y para la cura de enfermedades relacionadas con el aparato urinario: infección de orina, cistitis o uretritis. Lo curioso es que, siendo un árbol mediterráneo que abunda bastante en algunas zonas del norte de Alicante, está muy poco presente en nuestra cocina, y sus frutos no se ven con facilidad en nuestras fruterías; su uso se reduce a la fabricación de mermeladas y compotas y, ¡cómo no!, a la producción de un licor: el “licor de madroño”.
árbol monumental http://www.alicantevivo.org/2007/12/el-madroo-de-pearrubia.html
Arbutus unedo http://www.floraiberica.es/floraiberica/texto/pdfs/04_074_07_Arbutus.pdf
Antonio Navarro Santafé https://es.wikipedia.org/wiki/Antonio_Navarro_Santaf%C3%A9