Pequeños grandes gestos o acción – reacción
- 8 marzo, 2021
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Nombrar algo te hace consciente de ello, te hace reflexionar y cuando es necesario modificarlo para mejorar. Es algo intrínseco en el ser humano, el raciocinio, lo tenemos para algo. Úsalo, pero úsalo para el bien común y propio.
Pasamos gran parte de nuestro tiempo actuando, hablando y pensando de forma automática, sin reflexionar. Son hábitos, expresiones y acciones que hacemos diariamente, de forma inconsciente, algo que hemos hecho siempre y está normalizado y que tienen una consecuencia. Es lo que dice y hace todo el mundo, debe estar bien si se repite… Pero ¿algo normal para una sociedad es algo correcto?, ¿Todos nuestros hábitos son saludables?, ¿Todas nuestras acciones y palabras son acertadas? La respuesta rotunda es NO.
Muchas veces el ser humano se considera por encima del bien y del mal, damos por hecho que lo que hacemos, como somos seres racionales y ha sido heredado, reiterado de generación en generación, es correcto. Sin plantearnos muchas veces que podemos dañarnos o dañar a alguien con ello. Toda acción tiene una reacción. Por tanto debemos recapacitar, debemos corregir y moldear, no somos perfectos. Heredamos prejuicios y, por eso debemos parar, pensar y mejorar.
Es un reto que, a lo largo de nuestra vida debemos superar. Por eso estudiamos, nos enriquecemos, practicamos, erramos, nos caemos y volvemos a levantarnos. Debemos perfeccionarnos, optimizarnos a nosotros mismos, aceptarnos y respetarnos. Solo así podremos avanzar y aceptar a los demás. Solo así podremos evolucionar, mejorar la vida de los demás y por ende, la nuestra.
¿Cómo conseguir eso? Parece imposible, demasiado esfuerzo, pero no, es un error de pensamiento, se puede conseguir con pequeños grandes gestos. El feminismo, ni es una moda, ni es algo nuevo, ni es una invención. Es un movimiento en el que se intenta corregir errores heredados, comportamientos inculcados, prejuicios que la sociedad cree que mejora la vida de nuestras hijas e hijos, ya que les previenen del mal de otros. Es una forma positiva, respetuosa que permitirá que los adultos del futuro vivan mejor que nosotros.
El ser humano no nace con prejuicios, nace aceptando su realidad y emana amor hacia cualquiera, si no, mira a un niño o una niña interaccionar con el mundo. Por tanto, debemos empezar a plantearnos que no es correcto todo lo que hacemos, inculcamos y decimos.
Tenemos que asumir que hemos nacido del patriarcado, que hemos heredado acciones y pensamientos. Pero cada día y gracias a la lucha de generaciones, de todas las personas conscientes y sensibles a ese mal, que han querido y queremos mejorar el mundo. Aún nos queda mucho camino, pero lo estamos consiguiendo. Todos somos personas, todos tenemos pleno derecho a avanzar, a desarrollar nuestro potencial plenamente. Y al igual que los colores de un arcoíris, cada uno es distinto del otro, aportamos un matiz propio y eso se debe potenciar y no silenciar.
Se dice que la igualdad entre hombres y mujeres en España existe pero ¿es real? ¿Una mujer anda igual de tranquila de madrugada que un hombre? ¿Soportamos y cargamos con las mismas cosas que un hombre? Mi mundo no es igual que el de un hombre. Convivimos con comportamientos machistas y sexistas, sin ser a veces, ni siquiera conscientes de ello. Son gestos camuflados, suavizados del día a día, que solo perpetúan la violencia ejercida hacia las mujeres, amén de que también perjudica a los hombres. Porque la violencia sí tiene género, aunque también se pueda ejercer sobre cualquier ser vivo del planeta.
Llámalo machismo, micromachismo (que de micro no tiene nada), sexismo, pequeña gran acción dañina, enrevésalo lo que quieras, ponle un lazo, ignóralo si quieres, pero esconder algo no lo hace desaparecer, no deja de dañar. Eduardo Galeano dijo: mucha gente pequeña, en lugares pequeños, haciendo cosas pequeñas puede cambiar el mundo.
Dejemos que las niñas y los niños se expresen, que se hagan grandes, cada uno con sus particularidades, virtudes y defectos. Dejemos de intentar cambiar la naturaleza de una persona, de cortarle las alas. Dejemos de dar por hecho que lo correcto es ser una mujer bonita y en silencio y un hombre machote y que no exprese sus emociones. No se puede utilizar la misma vara de medir, somos muchos y muy diferentes. Eso es riqueza y es poder.
Hagámonos conscientes del problema y arreglémoslo. Usemos nuestra razón para hacernos libres y podernos mostrar así. Moldeemos nuestra forma de hablar, de actuar y de interaccionar con los demás. No demos cosas por hecho, debemos preguntar antes, aceptar más y odiar menos.
Se parte del cambio, se feminista, llama las cosas por su nombre, acepta la vida, acepta la diversidad, genera amor y no odio. Usa tus acciones para mejorar tu propio mundo y mejorarás el de los demás. Haz pequeños grandes gestos.
Elena Benítez Tomás
Secretaria de igualdad y juventud de la agrupación local del PSOE, Villena