Prometer hasta meter
- 27 enero, 2021
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Javier Martínez, edil de Comunicación
Cuando cada cuatro años los partidos políticos se enfrentan a la complicada tarea de elaborar un programa electoral, suelen realizar una laboriosa y extensa recopilación de las demandas de los diferentes colectivos y asociaciones de nuestra ciudad. Tras ello, hay quien con mucha y buena voluntad elabora lo que entiende que han de ser sus propuestas para la legislatura, que debido al hecho de que casi todos los partidos hablan con casi todos los colectivos termina haciendo que la base de todos los programas electorales sean calcos en un 70%. Aunque también hay quien con mayor descaro se va por peteneras y se inventa alguna idea disparatada a fin de buscar más la notoriedad del titular que la materialización de la ocurrencia (aeropuerto de Villena, universidad propia, etc.) por si algún votante indeciso o despistado se deja encandilar.
El problema viene cuando la idea, lanzada desde los colectivos y recogida y convertida de manera gratuita en promesa por el partido o los políticos que lo han querido escuchar, se topa con la escasez de medios que permitan confirmar su viabilidad antes de prometerse. Por ejemplo, construir un edificio X en un barrio Y puede parecer una idea estupenda sobre el papel pero luego toparse con problemas de inundabilidad o de calidad del subsuelo que dificulten o impidan que sea viable y los estudios previos que se necesitarían para tener estos datos con carácter previo tienen un coste que ninguna agrupación local puede asumir. Es entonces cuando se da la incómoda situación de tener que reconocer que aquello que ha ayudado al partido de turno a encumbrarse hasta el gobierno, no va a poder ser una realidad. Y ahí es cuando viene el “chasco”.
La cantidad de “chascos” en una legislatura es inversamente proporcional a la cantidad de NO que el partido que termina gobernando se ha permitido decir en campaña. Cuando alguien es capaz de sentarse ante un colectivo y decirle que la idea que lanza va a ser atendida pero NO va a ser prometida en ese momento, pero que se compromete a trabajar en búsqueda de ese fin de la manera que resulte viable, será cuando se podrán evitar las desilusiones, los malos tragos y el descontento.
Esa es la línea de trabajo que decidimos llevar a cabo en el PSOE desde la campaña electoral en su momento y cada día desde que llegamos al gobierno, la de trabajar por materializar y no prometer gratuitamente. Gracias a ello, ya hemos realizando pequeñas actuaciones y también hemos ido sentando las bases de grandes proyectos como la reurbanización de la Avenida Constitución y pronto se anunciarán otros en relación a infraestructuras deportivas.
Porque no se trata de prometer hasta meter, sino de trabajar hasta cumplir.