El Ayuntamiento de Villena busca tener un mayor control de la planta de residuos
- 1 julio, 2017
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El Ayuntamiento de Villena solicitará a la conselleria de Medio Ambiente la revisión de oficio de la licencia ambiental de la planta de tratamiento de residuos de Reciclados del Mediterráneo, tras el incendio que tuvo lugar en la tarde del jueves, en uno de los vasos de las instalaciones y que provocó un gran humareda en la población, así como un fuerte olor a quemado.
El alcalde de Villena, Javier Esquembre, explicó que el objetivo de la propuesta es tener un mayor control de la planta, para ello el consistorio solicitará a la Conselleria que se incluyan una serie de condicionantes en la licencia medioambiental, como controles mensuales o trimestrales por parte del Ayuntamiento, supervisión del pesaje de los camiones que depositan residuos, control de lixiviados, así como visualización directa de las imágenes que captan las cámaras de la planta. «La ciudadanía ganará con una mayor supervisión municipal de la planta», indicó el alcalde.
A falta de un informe más pormenorizado de incendio, todo parece indicar que las altas temperaturas motivaron el fuego que calcinó cientos de neumáticos y diferentes tipos de residuos almacenados, principalmente plásticos y goma, lo que generó una gran cortina de humo que se divisaba a varios kilómetros. Asimismo, el alcalde indicó que desde la oficina calidad ambiental, se informó que a falta de un análisis más profundo, no existen niveles peligrosos de toxicidad para la población.
Javier Esquembre también informó que el incendio va a permitir verificar si los sensores olfatométricos que se instalaron en la población están en funcionamiento. En marzo del año pasado el Ayuntamiento iniciaba el estudio de impacto de los olores en la ciudad, encaminado a detectar la procedencia de los malos olores que padece la población y su relación con los ciclos climáticos anuales encaminados a la revisión la licencia ambiental de las dos plantas de residuos de la ciudad. El estudio estaba valorado en unos 30.000 euros, de los que el Consistorio invirtió 20.000 euros en la adquisición de sensores oloríficos.