Un baile ancestral para conquistar Biar
- 12 mayo, 2017
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El bando moro tomó la villa a través de la medición de las calles, la embajada y el «Ball dels espies»
El bando moro reconquistó ayer la villa de Biar en una jornada única dentro de las fiestas de Moros y Cristianos y que escenifica el triunfo de la media luna a través de las mediciones de las calles, la embajada y el «Ball dels espies»
Tras la guerrilla en el Cerro de San Nicolás, los festeros se trasladaron a la plaza de la Constitución donde comenzó la «medició dels espíes». En ella un grupo de vecinos simulan el estudio de la villa por parte de los árabes, disfrazados y portando reglas y cartabón comienzan a medir el terreno. Después en la plaza del Ayuntamiento, tuvo lugar la embajada, donde por primera vez Cristóbal Piñeiro, entró a lomos de su caballo como embajador moro. A pesar de la emoción del momento, la voz no le tembló para exigir a los cristianos la entrega del castillo y la villa. Al obtener una negativa por respuesta por parte del embajador cristiano instó a las huestes moras a iniciar la lucha. La pólvora inundó la plaza.
Tras la victoria de la media luna, se retiraron las banderas cristianas del castillo y salió La Mahoma con crespón negro. Después comenzó el «Ball dels espíes» , un baile ancestral donde cientos de parejas ataviadas con trajes antiguos, tomaron las calles de la villa para danzar al son de la tradicional tonadilla.