APADIS, entre las cuerdas

La situación por la que atraviesa APADIS es muy mala, tal y como ha asegurado hoy su presidente, Luciano Martínez, quien añade que de seguir así a finales de año se verán en bancarrota.

La asociación arrastra un déficit de más de 150.000 € ,de los que más de 100.000 € corresponden al funcionamiento de la piscina cubierta,  por lo que pone entre las cuerdas el mantenimiento de este servicio, incluso de la propia asociación.

El presidente de APADIS insiste en que el mayor desajuste económico de la asociación lo provoca  la piscina cubierta. El pasado miércoles, 1 de enero, mantuvieron una reunión con el alcalde de la ciudad, Javier Esquembre, donde le manifestaron, “tal y como hicimos con el anterior equipo de gobierno del Partido Popular que la piscina municipal es una equivocación y que su apertura obligará a cerrar nuestras instalaciones, puesto que no tenemos la misma suerte que ellos. El Ayuntamiento si tenemos pérdidas no nos aporta dinero como en su caso- se trata de una concesión pública por 40 años-, así que cuando no sea rentable se cerrará”.

Martínez ha señalado que la asociación ha realizado una reconversión con el fin de paliar esta situación, que pasa por la reducción de gastos de proveedores, se ha  incrementado en 65 € al mes las cuotas a los padres de los alumnos de los distintos centros, se ha subido 45 euros anuales la cuota a los socios de la piscina cubierta y se ha solicitado a los 84 trabajadores fijos que tiene la asociación una aportación voluntaria, que será efectiva a partir del próximo mes, “todo ello para sacar APADIS adelante y no entrar en una espiral de deuda que desemboque en el cierre de alguno de los centros”.

Comenta que la Consellería de Educación todavía les adeuda más de 92.000 euros del año 2011 y el mes de enero, por lo que los trabajadores están un mes sin cobrar.

Reconoce que el taller ocupacional con 85 residentes es el único centro de APADIS que no da pérdidas. No obstante es deficitario el colegio, con 40 alumnos, de educación especial situado en el Prado de la Villa y el centro de atención temprana, “porque no cobramos a los padres lo que vale el servicio”, afirma Luciano Martínez.