La Junta de la Virgen invierte 1.200 euros en recuperar “El cuadro de la abuela”

  • 25 junio, 2015
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La Junta de la Virgen invierte 1.200 euros en recuperar “El cuadro de la abuela”

La Junta de la Virgen d Villena ha invertido 1.200 euros en los trabajos de restauración y recuperación del conocido como “El cuadro de la abuela”, obra donada por la familia de Carlos Hernández. El próximo domingo, 28 de junio, tras la misa de doce se procederá a su presentación y a su ubicación en la sacristía del santuario de la Virgen de las Virtudes, tal y como anunció el presidente de la entidad mariana, Manuel Muñoz.

El cuadro es un lienzo del siglo XVII con la imagen de la patrona de Villena, Nuestra Señora de las Virtudes, portando el niño a la derecha, con rostrillo, corona imperial y joyas. Este tipo de obras era común en la época y surgieron tras la costumbre de tener, durante un tiempo, tallas de la Virgen en casa particulares. Posteriormente, para tener la imagen de forma permanente surgieron este tipo de obras.

La restauradora local, Virtu Rosillo, ha trabajado durante más de cuatro meses para recuperar el lienzo que contaba con rotos y golpes y oxidación del barniz original. El presidente de la Junta de la Virgen, Manuel Muñoz, valoró la restauración realizada por Rosillo y subrayó que el cuadro estará ubicado “en un lugar especial, frente a la entrada principal de la sacristía para que todos los vecinos lo puedan admirar”.

Historia del cuadro

El cuadro, denominado por la familia “El Cuadro de la Abuela”, pertenecía a la  bisabuela de Carlos Hernández desde tiempos que ella no recordaba, Catalina Hernández García (“Monjera” de apodo – Villena, 1905-1990), y fue donado al Santuario tras la guerra civil. Terminada la contienda y teniendo el Padre de Carlos apenas nueve años, Jerónimo Hernández Hernández, (“El de Geysa” – Villena, 1930-2010), su abuelo Jerónimo Hernández Hernández (“El Culón” – Villena, 1903-1991), fue condenado a 12 años de prisión por auxilio a la rebelión, encarcelado en Alicante y Cartagena. Sin duda, su devoción a la Morenica le permitió obtener fuerzas de flaqueza, evitando aquello que parecía inevitable, e incluso abandonando la prisión antes de finalizar la condena.

Tan pronto como fue liberado, Catalina y Jerónimo, dieron cumplimiento a una promesa que hicieron durante el cautiverio. Si Jerónimo salía ileso de prisión, en agradecimiento, donarían al Santuario el más preciado de los bienes familiares, “El cuadro de la abuela”.

Y así lo hicieron una mañana de 1941, Jerónimo, con el cuadro atado a su espalda, junto a Catalina, sus hijo, su tía Soledad y acompañados por sus primos, Lorenzo, Anita y Toni, peregrinaron hacia al Santuario por la antigua vía del chicharra, para cumplir su promesa. El lienzo estuvo colgado muchos años en la pared de la escalera que subía al claustro del Santuario, hasta que paso a la sacristía.

Sus familiares todavía recuerdan con nostalgia, el relato que tantas veces les contaron sus abuelos. Una historia llena de pequeños detalles y matices, narrada desde el corazón y la devoción hacia nuestra Morenica. Un cuadro que evoca y recuerda vicisitudes familiares que se perpetúan en la memoria.

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