Para salir de esta crisis de ignorancia debemos apostar por la cultura y la educación

Ahondando en su memoria, en cualquier recuerdo de su infancia la música siempre está presente, ya sea con el bombardino con el que empezó a descubrir la complejidad de las notas musicales, acompañando a su padre a los ensayos de la banda de ciudad o visitando las fiestas de los municipios de la región. El reconocido compositor y director musical a nivel internacional, José Rafael Pascual Vilaplana (Muro de Alcoy, 1971), dirige desde hace diez años en Villena el Curso de Dirección de Banda impulsado por la Universidad de Alicante. Cada verano recala en nuestra ciudad, de la que guarda en su memoria grandes vivencias musicales durante las Fiestas de Moros y Cristianos.

Pregunta: Finaliza el X Curso de Dirección de Banda ¿Qué sensaciones le deja este ultimo año?

Respuesta: Ha sido una edición importante, especial. Es el décimo aniversario y es la culminación de un proyecto. Aunque nació con cierta idea de futuro, nunca sabes realmente lo que va a pasar. Me considero una persona pragmática. Pero desde  el primer año del curso me di cuenta que se respirar un aire especial.

P: ¿Qué de especial ha tenido esta edición?

R: Desde la Universidad de Alicante me dieron mayor libertad a la hora de preparar el décimo curso, así que, como en años anteriores, les propuse invitar a dos grandes músicos  que me marcaron mucho personalmente: Jan Cober y Eugene Corporon, dos maestros que nunca había podido reunir juntos y que no dudaron en aceptar mi proposición. Este año estoy muy orgulloso de haber cumplido este objetivo y mis alumnos están muy contentos de haber aprendido de ellos, dos de las más grandes  personalidades de la música de banda en el mundo.

P: ¿Cómo nace la idea de un Curso de Dirección de Banda en una ciudad como Villena?

R: Este proyecto nace como deseo por parte de los músicos de la Banda Municipal de Villena de tener un curso de dirección. Cuando ellos te comunican, desde un primer momento, que están muy contentos con el curso, te das cuenta de que va a tener futuro.

P: Alumnos de toda España vienen hasta Villena a participar, ¿eso demuestra la gran importancia que tiene este curso dentro del panorama musical nacional?

R: Todos los años es un curso muy numeroso que reúne a gente de todas las regiones del país y de todas las edades. Los participantes vienen porque realmente saben que se marcharán con un bagaje importante al acabarlo gracias a una planificación clara y unos objetivos bien marcados. Cada edición conviven alumnos que repiten y músicos nuevos. En un curso de estas características, los alumnos vienen a intentar retener la mayor información posible para luego asimilarla, madurarla y analizarla. Yo siempre les digo que el curso empieza cuando acaban las clases. Además, como el curso está organizado por la Universidad de Alicante, cada edición tiene mucha difusión y hace que venga mucha gente de toda España. A lo largo de la semana se genera un foro de debate, una red de unión musical que se difunde al resto. Este curso ha tenido éxito gracias al boca a boca de la gente que ha participado.

P: Diez años trabajando en Villena, ¿años positivos y cómodos?

R: La Banda de Villena es un grupo que posee un gran ambiente y donde se trabaja muy bien, lo sé porque he podido disfrutar con ellos fuera de este curso. Venir a Villena es un poco como estar en casa, aquí tengo muy buenos amigos y es un lugar donde me tratan muy bien. Es un lugar donde se trabaja a gusto. Este ambiente repercute en el trabajo final. Trabajar en la música, es trabajar con personas. El arte se hace para que lo podamos compartir los seres humanos.

P: Tras ésta décima edición, ¿cuál es el futuro del curso de dirección?

R: Después de diez años, este ciclo necesitaba un tiempo de calma y reflexión para, quizás después de dos o tres años reiniciarlo. Era importante no enquistarse tras el éxito de esta década. Pero no se cierra definitivamente. Este parón es una especie de barbecho, hemos querido dejar reposar este proyecto para cogerlo en un futuro con más fuerza.

P: ¿Qué lo motivó a entrar en el mundo de la dirección?

R: Principalmente fue el hecho de conocer al maestro Jan Cober cuando yo tenía diecisiete años. Mi experiencia personal con él me hizo plantearme nuevos retos, su entusiasmo y amor por la dirección fueron claves

P: ¿Cuáles son las grandes características que debe poseer un buen director de banda u orquesta?

R: Capacidad de trabajo y de comunicar. El dirigir supone hacer de un colectivo donde hay muchas individualidades, crear un ente común. El director debe conocer todas las peculiaridades del conjunto y adaptar el trabajo para desarrollar todo su potencial.

P: ¿Qué consejos daría a todo aquel que quiere introducirse en la dirección de banda?

R: En un primer lugar, que se lance. En este curso participa gente de todas las edades. Nunca es tarde. Aunque también es verdad que los directores somos profesionales todo el día, siempre estás por y para la música. Es un devenir constante, duro, pero gratificante.

P: Ha trabajado  en diferentes países, ¿hay mucha diferencia entre España y el resto?

R: La música es igual para todo el mundo, es la verdadera globalización. Las diferencias en el modo de trabajar las marcan las peculiaridades culturales de cada región. Para mí, supone un gran enriquecimiento personal el viajar y convivir con gente diferente pero que, al final, tiene los mismos problemas que uno mismo.

P: Ha recibido numerosos premios y reconocimientos dentro del panorama música, ¿con cuál se queda?

R: La ‘Batuta de Oro’ en Kerkrade (Países Bajos) en 1997 ha sido un premio que marcó mucho mi vida profesional ya que es un premio internacional muy importante. Lo recibí con 26 años y me abrió muchas puertas en Europa. Pero al fin y al cabo, los premios son un empujón en tu carrera, se necesita trabajar para seguir igual o mejor. Pero, el más emotivo siempre será la Medalla de Oro que me concedió el Ayuntamiento de Muro, que pese a no ser un premio musical, me alegré mucho por mis padres, mi familia y amigos de toda la vida. Era la mejor manera de devolverles y agradecerles todo el esfuerzo que hicieron.

P: ¿Cree que España no se le reconoce como es debido?

R: Quizás hayamos estado apartados con respecto al resto, principalmente por nuestro carácter chovinista. Y lo digo con autocrítica. En España tenemos una gran tradición musical. Si por ejemplo, Chapí hubiese nacido en otro país, hoy sería mundialmente conocido. No hemos sabido vender bien nuestro gran patrimonio.

P: Con la subida del IVA en la cultura y los recortes del Gobierno, ¿cada día es más complicado dedicarse profesionalmente a la música en España?

R: Desgraciadamente, sí. Lo que está sucediendo en este país es retrasar todo el avance que habíamos conseguido en más de treinta años. Es evidente que hay una crisis y que todos tenemos que sacrificarnos por salir adelante. Pero creo que el peor sistema para solucionar una crisis es el que elimina el dinero destinado a la cultura, porque es la mejor inversión para huir de la crisis. Muchas recesiones económicas tienen detrás una gran crisis de ignorancia. Y la ignorancia se combate con cultura y educación. Aunque primero hay que solucionar los graves problemas que hacen que personas dependientes o enfermas no puedan disfrutar de una vida digna.

P: El Gobierno propone rebajar las titulaciones artísticas con respecto al resto de grados universitarios.

R: Esto es un síntoma de ignorancia que tiene la sociedad española sobre el trabajo artístico. En cualquier otro país de Europa, una persona que se ha formado en el arte tiene la misma consideración que cualquier otro titulado universitario. Pero en cambio en España, hay políticos que creen que somos unos simples bufones medievales que actuamos por un plato de comida caliente. No se piensa que con una enseñanza artística se desarrolla una capacidad de comunicación, porque nuestro trabajo solo tiene una finalidad: compartirlo con los demás. Un cirujano tiene más responsabilidad que yo, pero no dejo de ser igual de digno.